Según Hugo Alconada Mon, los vaivenes de los casos Ciccone I y II tienen una clara explicación.
Al final, Amado Boudou complicó al baquero Jorge Brito. Pero en un juego de espejos contrapuestos, ahora Brito rescató a Boudou. Así pueden leerse, como un tríptico, la resolución del juez federal Ariel Lijo por la cual Brito terminó procesado en Ciccone II, el escrito de la defensa de Boudou para pedir su excarcelación y la decisión judicial que ordenó su salida de prisión.
¿Por qué? Porque el juez Lijo pudo ordenar la detención de Brito, pero no lo hizo. Pudo disponerla si concluía que libre podía obstaculizar la investigación judicial o escaparse de la Argentina. Pero concluyó lo contrario.