Iluminado con todo su brillo, Cristiano Ronaldo mostró ante el mundo su chapa de ídolo. Ningún hincha portugués, ningún aficionado al fútbol en serio pudieron parar de aplaudir al hombre que exhibió un compendio completo de fútbol.
Apenas jugados cuatro minutos de puesta en marcha la pelota en el primer clásico del Mundial Rusia 2018, el crack lusitano marcó su terreno. Un minuto antes de concluir el período inicial volvió a poner en ventaja a Portugal y dos minutos antes del final, empató definitivamente con su sello un match en el que siempre fue figura dominante.
Yo lo vi desde el comienzo hasta el final esgrimiendo la espada de Highlander. No hubo obstáculos para él. Movilizó el equipo, guió los ataques con un ritmo asombroso y con un despliegue que sólo está permitido hacerlo a los grandes.
Mientras tanto España armó su batería, como es habitual: tejió Iniesta con su escuadra la red irrompible para ganar partidos con la puntada final de Diego Costa y un Nacho que fue creciendo al mismo compás. Aunque cada vez que se cortaba el toqueteo español, los contraataques portugueses fueron temibles y lo fueron hasta el último segundo, cuando Ronaldo falló apenas la dirección de un cabezazo.
Pero ya estaba en el pedestal de los campeones su figura. Llevó al hombro a su equipo entero; pareció un ave conquistadora que desafiaba constantemente y hacía sombra espesa sobre la estrategia del “team” que dirigía desde el banco un Fernando Hierro inesperado. Se equivocó el DT reemplazante a último momento del despedido Julen Lopetegui cuando, creyendo que estaba todo definido con el 3-2 a favor, disminuyó al equipo al reemplazar a Iniesta y Costa. No pensó que no se deben resignar fuerzas en un partido donde del otro lado está Cristiano Ronaldo.
Vi con alegría fútbol jugado con decisión pero cuidando siempre la pelota. No hubo forcejeos ni tumultos, no tuvo el espectáculo zonas oscuras ni deshilachadas. Todos los actores entonaron el juego con lucidez, enfocados en la aventura de jugar un Campeonato Mundial.
Ojalá tengamos la satisfacción de que la pelota siga girando en este nivel.
* Periodista emérito