Nora Iniesta ha sido designada para ocupar el cargo de directora del Museo Nacional del Grabado y esto constituye un auténtico despropósito. No debo aclarar que lo que digo no responde a ningún problema personal con ella sino a una estricta y objetiva evaluación de su trayectoria y actualidad artística.
Nora Iniesta realiza trabajos con técnica de collage, pero no grabados; usa muñecos de plástico, pero no hace grabados; usa imágenes tomadas de revistas pero no hace grabados; usa macetas, botellas y escarapelas sobre las que tampoco realiza grabados.
Nunca estudió ni realizó ningún grabado. Entonces, ¿cómo fue elegida como jurado en el concurso para ocupar la dirección del Museo Nacional del Grabado? Y, algo peor aún, ¿quién tomó, luego, la insólita decisión de designar a Iniesta como directora del Museo? Doblemente insólito: primero jurado y más tarde ganadora del concurso sin ningún mérito profesional. Caben dos posibilidades con el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, responsable máximo de una designación semejante, y ninguna de las dos lo favorece: tuvo que ver con esta insostenible designación, lo cual es grave; o ni siquiera está al tanto, lo cual es más grave aún.
Esta no es la primera vez que Iniesta se ve beneficiada por algún contacto o amigo del poder: siendo que no parece enfrentar problemas económicos, el año pasado ganó un subsidio de “Industrias Culturales y Diseño del Fondo de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires”; y este año, también, consiguió un espacio en Radio Ciudad para hacer un programa de una hora.
Entre los postulantes a ocupar la dirección del Museo Nacional del Grabado estaba, por ejemplo, Alfredo Benávidez Bedoya, conocido artista del grabado que ha obtenido premios tanto nacionales como internacionales en esta técnica. Por ejemplo, es Premio del Jurado en Casa de las Américas (Cuba), Ganador del Primer Premio en la Bienal de Taipei, Gran Premio de Honor “Presidente de la Nación” del Salón Nacional de Grabado y Primer Premio del Salón Municipal de Grabado “Manuel Belgrano”, por citar algunos.
En el plano académico fue director de la Escuela de Bellas Artes “Manuel Belgrano” y Rector de la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”. Por su cualidad de ser humano estoy segura de que no recurriría a pedirle a un amigo o contacto que lo ubique en un puesto porque, con sus méritos, sabe que debería ser más que suficiente.
La distancia entre los antecedentes de Benavídez y la inexistencia de antecedentes de Iniesta, en el terreno del grabado, nos evitan más comentarios.
Si Coscia es consecuente con su discurso a favor de los valores de la democracia y la mejora de las instituciones, sería justo que el concurso en el que Benavídez se anotó, y en el que insólitamente se eligió a una de las jurados, se realice nuevamente pero sin la aplicación del repudiable método de la “dedocracia”.
* Maestra Nacional de Dibujo, Crítica de arte y Locutora Nacional