El terremoto de magnitud 7,8 que se ha registrado -y sus fuertes réplicas- en la madrugada de este lunes en el sureste de Turquía, Siria y Líbano se sintieron en al menos diez provincias del país otomano.
El potente sismo estuvo seguido de al menos 22 movimientos telúricos, el más potente con una magnitud de 6,6, y aumentó el número de fallecidos a 5.021 y al menos hay 24.174 personas heridas, además de miles de evacuados.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, calificó el desastre natural como el más potente desde 1939. En ese país, se registran 3.419 fallecidos y 20.534 heridos.
Erdogan señaló que 9.000 efectivos participan en las operaciones de búsqueda y rescate de las personas que aún pueden permanecer bajo los escombros, destacando que esas labores continúan de manera ininterrumpida con el cuerpo de rescatistas -que gran experiencia en sinistros- y la ayuda internacional.
Posteriormente, un nuevo movimiento telúrico de magnitud 7,5 sacudió la parte central de Turquía con epicentro en la provincia de Kahramanmarash, el cual también estuvo seguido de varias réplicas.
Como consecuencia, se sintieron temblores en varias provincias sirias, como Damasco y Latakia. En el país árabe las autoridades sanitarias anunciaron que la cifra de muertos en las gobernaciones de Alepo, Latakia, Hama y Tartús ascendió a 1.602. Además, informaron que se tienen registrados 3.640 heridos.
¿Cómo quedó la infraestructura? Más de 2.800 edificios colapsaron o resultaron gravemente dañados tras los temblores. En Turquía, en la provincia de Malatya, se derrumbaron al menos 130 edificios. En la provincia de Osmaniye se produjo el colapso de 34 edificios, y de 16 en Sanliurfa.
Además, el terremoto, que sacudió la parte meridional de Turquía, destruyó la única pista del aeropuerto de la provincia de Hatay.
Ante esta situación, los vuelos fueron cancelados. Al mismo tiempo, un gasoducto explotó en la localidad turca de Topbogazi, ubicado en la misma provincia suroriental.