Sin embargo, durante el Mundial el nombre más elegido en Buenos Aires no fue el de ningún jugador, sino que coincidió con el de uno de los hijos de Messi, Mateo.
El capitán de la "albiceleste" arribó acompañado por Leandro Paredes y Ángel Di María, para participar del primer entrenamiento bajo las órdenes de Lionel Scaloni.