La filial de Conviasa adquirió la aeronave, fabricada en EE.UU., de manos de la compañía iraní Mahan Air, la cual está sancionada por el país norteamericano.
Permitió la salida de doce de los miembros de la tripulación de la aeronave de la compañía venezolana Emtrasur que llegó desde México cargada de autopartes.