El interventor de la Agencia Federal de Integelincia (AFI), Agustín Rossi, presentó una denuncia penal contra los medios y los periodistas que difundieron información confidencial de la presentación que hizo la organismo el 20 de diciembre ante la Bicameral de Inteligencia del Congreso como respuesta a un pedido de informes de Juntos por el Cambio (JxC).
Lo reveló el titular de la AFI anoche durante una entrevista en C5N en la que subrayó que, además de difundir el nombre de agentes con identidad reservada, los acusados dieron cuenta de información falsa porque ya se ha había negado la existencia de una “mesa militar” en la AFI.
JxC involucra a la AFI por un supuesto hackeo al teléfono del ministrio de Seguridad, Marcelo D’Alessandro. a partir de la esa existencia de una supuesta “mesa militar”.
Durante la tarde de ayer, martes, Rossi también respondió: “No existe ninguna mesa militar en la AFI -dijo-. No existe ningún área con mirada militar. No figura personal castrense, ni están contratados bajo ningún punto de vista”, aseguró.
“Mi respuesta es previa a que se conociera la segunda tanda de chats. Entonces, ¿por qué salieron ahora a tratar de poner el foco en la AFI? Salieron porque esta segunda tanda de chats involucra al presidente de la Corte”, Horacio Rosatti, lanzó.
Rossi anunció que denunció penalmente a los perodistas Joaquín Morales Solá, del diario La Nación, y a Daniel Santoro, Clarín, por publicar información que está amparada por el secreto de Estado.
JxC le apuntó al exje del Ejército, Cesar Milani, durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner, quién también sostuvo que “quisieron crear una pantalla de humo para defender lo indefendible”.
El genera retirado desmintió las versiones que señalan a Ramiro Gómez Riera y a Roberto Adrián Román como “espías de las Fuerzas Armadas”: “No son militares”, dijo, y agregó que uno de ellos “ahora parece que trabajó con (Patricia) Bullrich en el ministerio de Seguridad” durante la gestión de Cabiemos.
El escándalo por los chats de D’Alessandro filtrados derivaron en su pedidos de licencia del funcionario para aclarar su situación. Él asegura que los mensajes fueron hackeados ilegalmente y luego editados para hacerlo aparecer en connovivencia con Silvio Robles, mano derecha de Rosatti, el Grupo Clarín y el gobierno porteño en el conflicto por la coparticipación.