La lluviosa tarde del martes 3 de octubre no fue obstáculo para que la Sala Moores del Museo Mitre se completara para conmemorar el 200° aniversario de la aparición del periódico la “Gaceta Mercantil”, cuyo primer número se publicó el 1º de octubre de 1822 y el último el 3 de febrero de 1852, aunque por la batalla que se libraba en Caseros no llegó a distribuirse. La reunión fue convocada por la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación, y sirvió también para evocar al periodista Julio César Villalonga, miembro de número de la entidad, fallecido en el mes de mayo y quien fuera el que rescató la marca.
Entre los presentes se encontraba el secretario de la Embajada de El Salvador, Eduardo López García, en representación del embajador Eduardo Cardoza Mata; miembros de instituciones culturales, Nanu Zalazar -esposa de Villalonga, junto con sus hijas Candela y Natalia; sus hermanas Graciela y María Eugenia, sobrinos y numerosos colegas, miembros del Consejo del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas, además de los académicos: Canela, Graciela Sanmartino, Pablo de Vita, Jorge Cohen y Juan Iramain, además de muchos otros por medio del zoom desde otros lugares del país y desde el exterior.
Abrió el acto el vicepresidente 1º Roberto L. Elissalde, quien hizo presente el saludo del titular de la Academia Jorge N. Di Nucci, que se encontraba en viaje desde el exterior, y rescató el hecho excepcional de realizarse el acto con la presencia del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas, en la casa de Mitre, lo que marca un hito en la unión de esfuerzos por la conciliación. Finalmente, evocó a Julio César Villalonga, rescató su interés por la comunicación y muy especialmente labor en el rescate de la Gaceta Mercantil y el dolor que significó su partida.
El presidente del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas, Alberto Gelly Cantilo, agradeció la invitación e hizo una detallada mención de los periódicos de la época, destacó la permanencia de la “Gaceta Mercantil” en tiempos de Rosas y mencionó a sus redactores, entre ellos a Bernardo de Irigoyen, que habría de ser posteriormente una figura destacada en la vida pública argentina.
El miembro de número Fernando Sánchez Zinny, que además integra la Academia Nacional de Periodismo, tuvo elogiosas palabras para Villalonga, a quien trató relativamente poco pero pudo aquilatar sus calidades como colega en el ejercicio de la profesión. Rescató finalmente la historia de los casi 30 años de la “Gaceta”, especialmente desde 1829 durante el gobierno del general Viamonte. En esas páginas se puede encontrar la historia social y política de un país y hasta las polémicas por el Dogma Socialista de Echeverría.
El académico de número Ignacio Bracht evocó a Julio Villalonga, a quien lo unía una amistad y común reconocimiento por la figura del napolitano Pedro de Angelis, uno de los redactores de la “Gaceta Mercantil”. Destacó el comentario que hizo de la biografía que le dedicara Bernardo Lozier Almazán y a partir de ello evocó al personaje, destacando sus diferencias y acercamientos con Mitre y Lamas sus contendientes. Hizo hincapié en la desidia del gobierno argentino en no comprarle a de Angelis sus colecciones al fin de sus días y sí hacerlo el gobierno del Brasil, donde se encuentran, además del olvido a su nombre ya que ni una calle ni un espacio lo recuerda en esta ciudad.
Cerró el acto la directora del Museo Mitre, Gabriela Mirande Lamédica, quien destacó el placer de recibir a la Academia “en esta, su casa, que es la casa de todos”. Fue un ámbito propicio ya que Julio Villalonga -visitante asiduo de la casa- hizo allí ciertos reportajes trascendentes como al fotógrafo catalán Leopoldo Samsó Costa, que envió su adhesión y a otras figuras destacadas de la cultura local.