Desde que comenzó la guerra en Ucrania que desató una oleada de sanciones económicas de Occidente contra el Kremlin, apenas un 8,5% de las empresas de los países que apoyan a Kiev en el conflicto cerraron sus operaciones en Rusia, según un informe de la Universidad de St. Gallen, que supervisó la investigación junto con el instituto IMD de Lausana, Suiza.
“Lo que surge contrasta con la narrativa según la cual está en marcha un gran éxodo de sociedades occidentales”, explicaron este jueves en un comunicado los responsables del trabajo.
Según el estudio, cuando Moscú lanzó su operación 1.404 empresas de la Unión Europea y de los países del G7 tenían 2.405 filiales activas en Rusia. Y a finales de noviembre, solo 120 de estas empresas (el 8,5%) habían cerrado al menos una filial en territorio ruso.
La mayoría de las firmas que se fueron son estadounidenses, pero siguen cerrando menos del 18% de sus filiales. Le sigue Japón con un 15% y la Unión Europea con sólo un 8,3%.
Las empresas que abandonaron Rusia todavía tenían una participación general de no más del 6,5% de las ganancias totales obtenidas en el país por las empresas de la UE y del G7, y el 15,3% de la cantidad de empleados de estas empresas en Rusia.
Las que se fueron, por lo tanto, tendieron a tener ganancias más bajas que una fuerza laboral más grande, remarcó el relevamiento.
La Universidad de St. Gallen subrayó que los resultados ponen en debate la voluntad de las empresas occidentales de seguir las decisiones políticas de sus gobiernos, en particular separando sus destinos de los de las economías de países considerados geopolíticamente rivales.