Lo que viene en los mercados: ¿Un G-8 de urgencia?

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Con la baja del ránking de deuda de EE.UU. decidido por S&P -ya descontado por los mercados- se avecina una semana cargada de acechanzas. ¿Otro plan de impulso de la economía con compra masiva de bonos, como el año pasado?.

Por Gustavo Fiuma

La semana que termina se caracterizó por la fuerte caída de las Bolsas mundiales y la huída de los inversores hacia la calidad en el mercado de bonos y en el de divisas. Para muchos analistas la principal causa de estas caídas está en la mala salud de la economía de los Estados Unidos.

La próxima semana tendrá un poco de todo, aunque la cita clave será la decisión de tasa de la Reserva Federal, el martes. Se conocerán datos macroeconómicos relevantes en ambas orillas del Atlántico, como datos de confianza de los consumidores, y proseguirá la temporada de resultados, sobre todo en Europa.

Los datos macroeconómicos que se fueron conociendo a lo largo de las últimas jornadas fueron decepcionantes. El viernes anterior las cifras preliminares del PBI del segundo trimestre de Estados Unidos mostraron que retrocedió hasta un 1,3% en tasa trimestral anualizada. El dato salió por debajo de lo esperado por el consenso de los analistas, que  anticipaban un 1,9%. También jugó en contra la revisión que se realizó del crecimiento del trimestre anterior, de un 1,9% preliminar hasta el 0,4% defintivo. La desaceleración del PBI real refleja principalmente una fuerte desaceleración en los gastos personales de consumo y una disminución en el gasto del Gobierno Federal que no han podido compensar las buenas cifras de la inversión, tanto en activos fijos como en residencial.

Esta semana la macro siguió haciendo de las suyas: los datos del ISM manufacturero y servicios se situaron bastante por debajo de lo esperado. Estos indicadores adelantados son muy seguidos en la medida en que señalan con gran precisión la actividad en los meses venideros. Por el momento, ambos siguen por encima de la línea de 50, que distingue el terreno contractivo del expansivo, pero en virtud de la tendencia de los últimos meses parece que se dirige hacia territorio contractivo.

Ayer (viernes 5) terminó la semana con un rayo de esperanza desde el mercado laboral americano. El informe de empleo de julio indica que la primera economía del planeta ha creado 117.000 nuevos empleos no agrícolas, por lo que la tasa de desempleo bajó una décima para situarse en 9,1%. Se trata de unos datos positivos en la medida en que baten las previsiones.

Sin embargo, la economía americana sigue teniendo muchas dificultades para crear empleo, especialmente en el sector privado. Se estima que para lograr absorber a los nuevos llegados al mercado laboral y crear empleos para los desocupados se deben crear unos 200.000 empleos al mes de forma sostenida.

Del mismo modo, los datos macro que se conocieron desde Asia y Europa también muestran una desaceleración y las cifras desde China son especialmente significativas: el principal motor de la economía mundial desde 2008 da señales inequívocas de agotamiento. La debilidad en sus mercados de exportación, unida a los efectos de sus medidas monetarias restrictivas, hace que la actividad se resienta.

¿Por qué el crecimiento es tan importante?: por un lado, para generar empleo y por otro, porque es básico para la sostenibilidad de las cuentas fiscales. Este último punto se ha convertido en la prioridad de los políticos de países con problemas fiscales por la presión de los mercados financieros.

Además, dentro de este debate hay una carga ideológica enorme como ha demostrado el controvertido aumento del techo de la deuda en Estados Unidos. El presidente Barack Obama sabe que necesita más empleo para ser reelegido pero para crearlo necesita recursos que le niegan los republicanos. Con la debilidad de la demanda mundial, la política económica vuelve a ser la protagonista.

Sin embargo, el margen de maniobra es bastante escaso en casi todos los frentes. En EE.UU. la política fiscal está casi agotada. Y lo mismo ocurre con la política monetaria. Existen serias dudas entre los economistas sobre la eficacia de las medidas cuantitativas.

La última sesión de esta intensa semana en Wall Street fue una tómbola. Idas y vueltas que terminaron con un saldo mixto: Dow Jones (+0,54%); S&P500 (-0,06%); y Nasdaq (-0,94%).

A lo largo de estas cinco jornadas, en las que se han rememorado los peores momentos de la crisis de Lehman Borthers, el Dow perdió un 5,8%, el S&P, un 7,2%, y el Nasdaq un 8,1%. Se trata de la peor semana de la Bolsa de Nueva York en más de dos años.

El lunes pasado, Wall Street recibió por fin el esperado acuerdo entre demócratas y republicanos para reducir el déficit y elevar el techo de deuda. Aunque este plan evitaba \”in extremis\” el default (el plazo vencía pocas horas después), el mercado lo consideró insuficiente. Insuficiente por falta de proyección a largo plazo e insuficiente para la temida S&P que, finalmente, como adelantara gacetamercantil.com, le sacó la máxima calificación crediticia a Estados Unidos.

No obstante, y más allá de que Fitch y Moody\’s hayan confirmado la \”triple A\” tras el acuerdo de los congresistas, los analistas coinciden en que el mercado ya había descontado ese recorte de S&P.

La situación de la economía y de la Bolsa es lo suficientemente preocupante como para que se especule con que a la Fed no le quede más remedio que desempolvar la QE3, es decir, una tercera ronda de estímulos, descartada hace apenas un par de meses. Importante será el próximo martes la decisión de la Reserva Federal (Fed) respecto a las tasas en Estados Unidos.

En Europa el panorama no es mejor, para ser benévolos. Hubo intensas conversaciones telefónicas cruzadas entre Silvio Berlusconi, José Luis Rodríguez Zapatero, Nicolás Sarkozy y Ágela Merkel para tomar decisiones que frenen las fuertes tensiones que han sufrido la semana que pasó los mercados de deuda, y que han acabado con las primas de riesgo de España e Italia en sus máximos.

Los líderes europeos acelerarán las reformas previstas y, a cambio, se especula con que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda de ambos países. Berlusconi y Sarkozy habrían acordado en su conversación telefónica la convocatoria de un G-7 de urgencia que podría celebrarse en  pocos días.

Zapatero y \”Il Cavaliere\”, que también se comunicaron ya por teléfono, coinciden en que la especulación de los mercados es exagerada. Es posible que se venga un G-8 de urgencia, lo que incluye a los siete países más industrializados y a Rusia.

La agenda de la semana próxima marca los siguientes hitos en Wall Street.

Martes 9: Costos laborales unitarios del segundo trimestre; Productividad no agrícola del segundo trimestre; y Decisión sobre tasas de la Reserva Federal. Miércoles 10: Solicitudes semanales de hipoteca MBA.; Inventarios al por mayor de junio; e Inventarios semanales de crudo y destilados.

Jueves 11: Pedidos semanales de desempleo; Reclamos continuos; y Balanza comercial junio.

Viernes 12: Ventas al por menor de julio; Ventas al por menor (excluyendo autos) de julio; Confianza del consumidor Universidad de Michigan de agosto; e Inventarios de negocio junio.

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