A principios de los años 20, un mago inglés (Colin Firth) está decidido a desenmascarar la estafa de una medium (Emma Stone), y esto dará lugar a una serie de acontecimientos que cambiarán la vida de los protagonistas.

Para agradecimiento de sus devotos, el pasado jueves (9) el legendario cineasta neoyorkino Woody Allen estrenó en nuestro país “Magia a la luz de la luna”.

Esta nueva visión de Allen acerca del amor y las creencias viene a sumarse a una extensa filmografía que incluye, además de clásicos como “Manhattan”, “Annie Hall” o “La Rosa Púrpura del Cairo”, obras más cercanas en el tiempo como: “Medianoche en Paris”, “A roma con amor” y “Blue Jasmine”, película por la que la australiana Cate Blanchett recibió el premio como mejor actriz durante la pasada edición de los Oscar.

La acción comienza a principios de los años 20, cuando Stanley (Colin Firth), un mago bastante particular, se disfraza de chino exótico para dar un show ante una sala repleta de espectadores. Al terminar el espectáculo, el petulante ilusionista se encierra en su camerino justo en el momento que se acerca a felicitarlo Howard Burkan (Simon McBurney), un colega poco exitoso que viene a contarle que ha conocido una chica llamada Sophie (Emma Stone), la cual dice tener poderes adivinatorios (que ambos suponen falsos). Es entonces cuando los dos escépticos magos deciden darse a la tarea de desenmascarar a la joven que deslumbra a las clases más acomodadas del norte de Francia.

La nueva película de Allen gira en torno a varias temáticas ya tratadas en algunos de sus films anteriores, como por ejemplo el diálogo entre el más acérrimo racionalismo encarnado en este caso por Stanley en oposición al romanticismo ingenuo de la joven Sophie, o la ya clásica relación de un hombre maduro con una mujer de escasa edad.

A pesar de encontrarnos en presencia de una comedia romántica con sus clásicos esquematismos, los cuales el cineasta no intenta romper, no se puede dejar de reconocer el trabajo que desde la experiencia aporta un Allen que quizás no dé cuenta de toda su genialidad, pero aun así podría darle cátedra a muchos directores modernos.

Su toque de distinción se ve no solo en la elección de los actores sino también en el tono que logra imprimirles a lo largo del metraje, sobre todo haciendo que la pareja principal tenga una tarea más que destacable.

Además, como es característico en su cine, nos encontrarnos con diálogos de lo más interesantes sumado a una fotografía preciosista que realmente es un deleite para el espectador.

La música es otro punto fuerte en la película, donde la agradable melodía del tema “You do Something to me” de Cole Porter, durante los créditos iniciales, nos revelará que estamos en presencia de un director con marca registrada.

Posiblemente, “Magia a la luz de la luna” no sea una de las películas más aclamadas dentro de la filmografía Allen, pero sirve para recordarnos que, en algunos acasos, las ilusiones son el motor de la vida y que, de vez en cuando, es sano dejar de lado el raciocinio para dar paso a la magia y la fantasía.