Ya había renunciado por las denuncias de dos empleadas municipales. Este caso se suma al del director-gerente del FMI, el también francés Dominique Staruss-Kahn, que sigue detenido en Nueva York.
El ex secretario de Estado francés de la Función Pública, Georges Tron, fue detenido hoy (lunes 20) por la policía en el marco de la causa por agresión sexual impulsada por dos ex empladas municipales.
Tron renunció hace menos de un mes por el escándalo. La policía aclaró que la detención es “preventiva” y la policía aclaró que la detención es “preventiva”.
La fiscalía inició una investigación preliminar a raíz de la denuncia presentada por dos ex empleadas de la alcaldía de Draveil, en las afueras de París, de la cual Tron fue alcalde, la cual llevó hoy a su detención.
El escándalo sexual del ex funcionario no es el único que roza a un poderoso francés: hace 40 días, el director-gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, fue detenido en Nueva York cuando se aprestaba a regresar a París por la acusación de intento de violación de una camarera de hotel.
DSK continúa bajo arresto domiciliario en Nueva York a la espera del juicio correspondiente.
Las dos demandantes de Tron confirmaron el jueves ante los investigadores de la policía judicial las denuncias contra el ex funcionario.
Tron, en su carta de renuncia enviada el mes padado al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, insistió en su inocencia y cuestionó a las mujeres que lo acusaron al asegurar que una fue despedida por haber desviado fondos públicos y otra “por comportamiento indigno”.
En ese comunicado, el ex secretario de Estado denunció una “campaña de prensa” en su contra y expresó su temor a que, por eso, los ciudadanos franceses puedan considerarlo culpable.
El secretario de Estado, que ocupaba el puesto 27 de relevancia en el Gobierno según el orden de protocolo, llegó al Ejecutivo en marzo de 2010, por recomendación de Brice Hortefeux, hombre de confianza de Sarkozy y entonces ministro del Interior.
Tron es un aficionado a la reflexología, la práctica de masajear con las yemas de los dedos los pies, las manos y las orejas, y solía frecuentar clubs privados donde tomaba ese tipo de sesiones.
Sus abogados, no obstante, advirtieron que esto “no lo hace un fetichista ni tampoco un criminal”.