Justo Rufino de San Martín, el hermano poco conocido del Libertador

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Tanto se sabe de José y tan poco de su hermano, también militar, que desarrolló su carrera en Europa.

El saqueo e incendio de Yapeyú en 1817 fue el motivo de la pérdida de la documentación que conservaba la parroquia de Nuestra Señora de los Santos Reyes Magos, entre ellos la fe bautismal del general José de San Martín y la de su hermano, Justo Rufino, a quien vamos a evocar en estas líneas.

Todo permite establecer que éste nació en 1776 en esa población, cuarto y penúltimo hijo del capitán Juan de San Martín, teniente de gobernador, y de Gregoria Matorras y del Ser, dos años antes que José.

En el diccionario biográfico de la Real Academia Española sostiene el historiador argentino Miguel Ángel De Marco que consultó la foja de servicios y así documentalmente la vida militar de Justo Rufino.

Allí se señala que “a los 19 años de edad se incorporó a la Compañía Americana de los Guardias de Corps, tras presentar las pruebas de nobleza indispensables para ingresar al cuerpo que tenía a su cargo la custodia de la Real Persona”.

Durante la invasión napoleónica, estuvo en el ataque y posterior defensa de la ciudad de Tudela, el 10 de junio de1808, días después en los asaltos de Mallen y Alagón y en la resistencia de Zaragoza, en 1808 y 1809, como ayudante de campo de don Luis Rebolledo Palafox y Melzi, IV marqués de Lazán; al mismo tiempo que era capitán de los Húsares de Aragón, unidad creada a causa de la guerra.

Su foja de servicios destaca sus actos heroicos en varias oportunidades durante los ataques franceses. En febrero de 1809 con la rendición de la plaza, fue tomado prisionero pero logró fugarse y prosiguió durante la guerra al mando del teniente general inglés Carlos Guillermo Doyle en los Voluntarios de España.

Fue un oficial valiente y arriesgado, tomó parte en la toma y destrucción de la torre de Codoñol, el 7 y 8 de mayo de 1811, de la que se posesionó al frente de ocho hombres en medio del fuego de la artillería enemiga; en el ataque del fuerte de la Rápita de San Carlos, cuatro días después, con apenas dos hombres dejó inutilizados dos cañones de grueso calibre; lo mismo que en la toma de la torre fuerte de San Juan, que defendía el puerto de los Alfeques.

Su vida militar finalizó en junio de 1811 como teniente coronel del Regimiento 3º de Caballería del Príncipe.

Sabemos que a la llegada de su hermano José y su hija Mercedes a El Havre, en abril de 1824 fue a esperarlos. Recompuesto el vínculo familiar con el reencuentro, Justo Rufino, que residía en París, intentó conseguir autorización para que el general pudiera ingresar a la ciudad por una temporada, pero su solicitud le fue denegada.

El Libertador eligió Bruselas para vivir y su hermano se trasladó a esa ciudad, donde tuvo contacto con los amigos de éste, por ejemplo el general Guillermo Miller.

En la correspondencia que le envía desde enero de 1827 no deja de figurar permanentemente en los saludos y con referencias afectuosas, en la de octubre de 1828 le anuncia que se encuentra en París. Esto nos permite afirmar fehacientemente que durante un año y medio vivieron juntos en Bruselas, y también sea dicho fue el hermano al que San Martín ya retirado de la vida activa frecuentó personalmente.

Justo Rufino murió en Madrid en 1832, donde vivía su hermana María Elena, casada con Gutiérrez Menchaca, a la que San Martín dejó un legado en su testamento, pero poco se puede agregar a la relación familiar entre los hermanos.

* Historiador. Vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación

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