Buscan cerrar el grifo de las importaciones con un nuevo paquete de medidas

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En la administración del comercio exterior estarán involucrados el Banco Central y los ministerios de Economía y de Producción. La reunión de CFK con Melconian.

El Gobierno nacional buscará nuevamente administrar el comercio exterior para domar las turbulencias financieras y económicas con un paquete de medidas que involucran al Banco Central (BCRA) y a los ministerios de Economía y de Desarrollo Productivo.

Los anuncios son la primera reacción concreta del Ejecutivo a los reclamos públicos de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, quien apuntó a un descontrol del mercado cambiario.

El titular del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, quedó en el foco de la tormenta por esas afirmaciones hasta el punto de que debió salir a aclarar que no tenía ningún conflicto con la presidenta del Senado.

Con las medidas, que extienden el sistema de financiación de importaciones a las realizadas bajo Licencia No Automática y a la importación de servicios, se busca “sostener el crecimiento económico y el desarrollo de las pymes evitando maniobras especulativas sobre las importaciones”, señalaron desde el BCRA.

El Directorio del Banco Central adaptó este lunes el sistema de pagos del comercio exterior con el objetivo de “responder a las necesidades extraordinarias de divisas y así atender la importación de energía”.

Las medidas extienden el sistema de financiación de importaciones a las realizadas bajo Licencia No Automática y a la importación de servicios, y tendrán vigencia por un trimestre, para dar tiempo a la normalización del comercio exterior, indicó la entidad de contralor monetario que conduce Miguel Pesce.

Además, precisó que con la medida se busca “sostener el crecimiento económico y el desarrollo de las pymes evitando maniobras especulativas sobre las importaciones”.

De esa forma, las pequeñas y medianas empresas quedan exceptuadas de las exigencias vigentes de financiar sus importaciones por un incremento de 15% respecto al año anterior, con un límite de hasta US$ 1 millón.

En el nuevo esquema de pagos, las SIMI (Sistema de Monitoreo de Importaciones) categoría A mantendrán el acceso al mercado de cambios por el equivalente al promedio mensual de importaciones de 2021 más 5% o de 2020 más 70%.

Por su parte, las SIMI categoría B, correspondientes a las licencias no automáticas, podrán acceder al mercado a partir de 180 días del despacho a plaza.

También se dispuso en coordinación con el Ministerio de Desarrollo Productivo ampliar las posiciones arancelarias de bienes equivalentes a los producidos en el país que tendrán acceso al mercado a partir de 180 días y la de bienes suntuarios que podrán acceder a partir de los 360 días.

En cuanto a las importaciones de servicios, se equiparan en el tratamiento a la de bienes permitiendo el acceso al mercado por el mismo monto que en 2021 y en caso de superar el importe el saldo a 180 días.

En cuanto a las importaciones de bienes de capital, se estableció una regla que permite pagar 80% en puerto de origen y 20% con la nacionalización.

Complementariamente, se facilitará la prefinanciación de exportaciones lo cual acelerará el ingreso de divisas especialmente del complejo cerealero, pasando la obligación de liquidar las divisas que se ingresen de 5 a 15 días, y la financiación a largo plazo para precancelar deudas locales en moneda extranjera, indicaron desde el Banco Central.

Turbulencias en el Gobierno. Desde la salida violenta de Matías Kulfas de su ministerio hasta la también conflictiva llegada de Daniel Scioli a ese lugar en el gabinete, con gritos, portazos y amenazas de Sergio Massa de por medio, el gobierno del Frente de Todos sigue dejando ver que no es ni un frente ni de todos. 
 
El equilibrio entre las tres facciones que crearon la coalición, las que lideran AF, CFK y SM, es absolutamente inestable y los cruces son a varias bandas y con esos tres protagonistas: de Cristina a Alberto, de Alberto a Cristina, de Sergio a Alberto y así hasta completar las variaciones. 
 
A pesar de que el precio de los granos en el mundo es récord, por la guerra en el este de Ucrania, y que Argentina también tendrá buenos números de cosecha esta temporada, la oportunidad se está yendo por la cloaca del internismo.

A la corrida de hace dos semanas contra los bonos en pesos le sobrevino una paz que duró poco y reclamó mucho esfuerzo para alcanzarla. Pero en los últimos días volvió la venta de esos títulos a pesar de que el Palacio de Hacienda logró colocar de manera anticipada casi 360.000 millones. El mensaje no alcanzó porque todos saben en el mercado que el propio BCRA emitió pesos que fueron destinados a ese fin.

Si se tiene en cuenta que la otra orilla, el comienzo de la campaña electoral del año próximo con su esperanza de recambio, está a un año vista, los nervios dentro y fuera del gobierno se justifican. 

Este lunes los anuncios para administrar el comercio exterior, en particular las importaciones, se hicieron en este convulsionado contexto. Venden los Fondos Comunes de Inversión. Entretanto, la expansión monetaria de la última semana llegó al 20 por ciento de la base monetaria. Una enormidad.

Bonos y anuncios. Martín Guzmán y Pesce se reunieron el viernes con empresarios con la idea de tranquilizarlos. Se les explicó lo que ya sabían, que el Central compra bonos en el mercado secundario y luego, con esos títulos, se “mete” en los canjes que propone Economía.

Este mismo viernes pareció caer maná del cielo cuando se anunció desde Washington que el Fondo Monetario Internacional (FMI) había aprobado el examen sobre la economía local y que enviaría un reembolso de 4.000 millones de dólares: sumas y restas, las reservas habían quedado debajo de los 38.000 millones y ahora llegarán a 42.000 millones, siempre por asientos contables. La presión sobre el dólar no decae.

No obstante, el “board” del organismo internacional, un poco cuidando las apariencias, otro poco curándose en salud después de su traumática historia con Argentina -sobre todo la reciente-, advirtió que el gobierno debe ser riguroso en materia fiscal.

¿Menos gasto a cambio de más emisión? En la City especulan que ese podría ser el “deal” entre Guzmán y Kristalina para la segunda revisión, un puente clave para llegar a fin de año sin una implosión. Todo, atado con alambres.

Más allá de la pretensión personal de Carlos Melconian por ubicarse sobre la grieta entre oficialismo y oposición -y entre oficialismo y oficialismo-, la reunión de casi tres horas con Cristina Kirchner para presentarse su plan de consenso, gane quien gane las elecciones de 2023, en el centro estuvo la cuestión de la bola de nieve de la deuda en pesos.

Guzmán tiene un par de meses para elaborar un plan destinado a cruzar el océano que separa este final de año del próximo, el que debería contar con acuerdo opositor, para llevarle la iniciativa al Fondo. Una salida heterodoxa de esas que nunca caen bien en Washington, no importa quién esté al frente del organismo.

La crisis entre Rusia y Ucrania parece ser un escenario propicio para salidas de este tipo en momentos en que nadie quiere agregar olas en medio de la tempestad.

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