La reedición de este libro viene a cubrir una necesidad para historiadores e interesados en un período de la historia cargado de matices.
Robos, hurtos, homicidios, crímenes pasionales, defraudaciones contra el Estado, entre otros delitos, fueron parte de la vívida realidad de aquel Buenos Aires criollo de una naciente y embrionaria independencia, que se sumergiría en las cruentas guerras civiles por largos años.
La reedición de “La seguridad en el Buenos Aires criollo”, de Ignacio F. Bracht (Maizal Ediciones) es una buena noticia para investigadores de la historia argentina de la primera mitad del siglo XIX.
El período estudiado, las décadas que se extienden de 1820 a 1840, fue testigo de profundas reformas y el nacimiento de cuerpos policiales, y una nueva legislación que variaría en su rigurosidad en proporción al crecimiento del crimen que, vaya paradoja, tuvieron en las figuras de Bernardino Rivadavia y Juan Manuel de Rosas a los dos mayores hacedores de los cambios producidos, aunque encarnaran los opuestos de los partidos que se enfrentarían durante décadas.
En ambos casos la preocupación por combatir los delitos y velar por la seguridad ciudadana fue notoria, en muchos casos con un alto sentido de rigurosidad frente a los delincuentes.
El trabajo de Bracht arroja luz sobre la problemática y corre el velo sobre un período histórico con muchos matices.