La obra, que se creía destruida, fue valorada entre 10 y 20 millones de dólares y se encontró en el sótano de un coleccionista. 

Una obra en cera del artista español Salvador Dalí que representa a Jesucristo crucificado y se creía que había sido destruida, es exhibida en una galería de Hawai (EEUU) desde esta semana luego de que los expertos confirmaran su autenticidad y la valuaran en un monto estimado entre 10 y 20 millones de dólares.

La obra “Cristo de San Juan de la Cruz”, realizada en 1979, diez años antes de la muerte del artista (Figueras, España, 1904-1989) fue hallada en el sótano de un coleccionista estadounidense y se exhibe en Harte International Galleries, en la isla de Maui, al cumplirse 118 años del nacimiento del pintor.

“Harte International Galleries ha vendido una serie de esculturas en bajorrelieve del ‘Cristo de San Juan de la Cruz’ a lo largo de su historia, pero nadie pensó que la obra original, realizada en cera, todavía existía”, explicó Glenn Harte, copropietario de la galería.

La obra sobrevivió debido a que, durante las últimas cuatro décadas permaneció en el sótano de la casa de un coleccionista privado cercano a Dalí, e incluso se conservó en el estuche original de plexiglás que el artista utilizó para ella.

Cuando a fines del año pasado los dueños de la sala de exposiciones se enteraron de la existencia de la escultura, lograron recuperar la obra al ponerse en contacto con el coleccionista, que desea permanecer en el anonimato.

No se sabe aún si la escultura saldrá a subasta o será vendida de manera privada, consignó el diario ABC de España.

Del Jesucristo de Dalí se hicieron cientos de ediciones en platino, oro, plata y bronce, sin embargo los expertos asumieron que la talla de cera original, un objeto mucho más frágil, había sido destruido.

Esas esculturas son variaciones tridimensionales de una célebre pintura de 1951, del mismo nombre, de Dalí que guarda el Museo Kelvingrove de Glasgow, en Escocia.

Son algunas de las obras de tinte más específicamente religioso creadas por el artista español tras su regreso a la fe católica en 1948.

Para Nicolas Descharnes, experto en Dalí e hijo de quien fuera secretario del artista, la obra en cera es auténtica, lo que comprobó después de consultar con Carlos Evaristo, un experto en iconografía.

Resta aún conocer la opinión sobre la autoría, de la Fundación Gala-Salvador Dalí, que vela por el legado del artista ibérico, máximo representante del surrealismo.