¿Será el gasoducto Nigeria-Marruecos la salida que busca Europa?

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Mientras el embargo al petróleo ruso va por la escalera, la desesperación por reemplazarlo sube por ascensor. Y Moscú busca seguir influyendo en el mercado del gas.

Tras el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el pasado 24 de febrero, Europa no ha parado de dispararse en el pie. Tras la catarata de sanciones que no lograron debilitar por ahora de manera significativa la economía rusa y la exigencia de Moscú de recibir rublos por el gas, el Viejo Continente busca desesperadamente alternativas energéticas y una de ellas podría ser la importación de gas africano.

Marruecos y Nigeria han dado un impulso a su gasoducto transafricano que busca unir 7.000 kilómetros por las aguas de 13 países del continente para llevar gas a Europa, que busca contra reloj alternativas energéticas al gas ruso, cuyas importaciones se propone embargar.

Sin embargo, en lo inmediato la suplantación de la importación del crudo ruso es una tarea difícil para los europeos. “El proyecto tiene una viabilidad estimada en 20 años”, arriesgó el diario español El Mundo.

Sin embargo, aún así, la dependencia europea del gas ruso podría continuar incluso con este nuevo proyecto.
 
“Conocí a los rusos en la oficina la semana pasada, están ansiosos por invertir en este proyecto y hay muchas otras personas que también quieren hacerlo”, aseguró a principios de mayo Timipre Sylva, ministro de Petróleo de Nigeria, según informó el diario italiano Il Foglio.
 
En caso de concretarse una cooperación entre Abuya y Moscú, Rusia podría ser capaz de hacer las inversiones necesarias en África para eludir las sanciones que la UE está comenzando a desplegar en este momento.

Desde África aseguran que el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, tiene previsto poner en marcha el proyecto antes de dejar su cargo, en mayo de 2023.

Son varias las razones por las que Moscú estaría interesada en invertir en esta iniciativa. La primera, claro está, es ser parte de la gestión del gasoducto para demostrar la nula eficacia de las sanciones occidentales y continuar influyendo el mercado del gas.

Por otro lado, el gigante euroasiático no quiere perder la enorme experiencia adquirida en la construcción de tuberías submarinas. 

Además, en la reconfiguración geopolítica actual, Rusia quiere competir con Occidente y China en el continente africano, que tiene enormes reservas de petróleo.

Francis Perrin, investigador en el Policy Center for the New South con sede en Rabat, Marruecos, cree que es demasiado pronto para hablar de las etapas siguientes del proyecto y sostiene que “hay que examinar dos grandes cuestiones antes de la fase de construcción: los mercados y la financiación”. Y advirtió que “el camino aún es largo”.

En tanto, José Ignacio Linares, profesor de Ingeniería Energética en Comillas ICAI, escribió en El Economista: “Si bien el daño que se le pueda hacer a Rusia con el petróleo es limitado, pues puede colocarlo en el mercado asiático, el gas sí que podría causar un impacto importante a Rusia porque tardaría unos años en poder redirigir el flujo de estas exportaciones hacia China o a países del sur de Asia al disponer de muchos más gasoductos hacia Europa que hacia China”.

Sin embargo, Linares también reconoce que “el bloqueo al gas ruso tendría consecuencias económicas para Europa dado que el mayor consumo del gas lo presenta la industria”.

Esto se traduciría en “pérdida de empleo y recesión económica, especialmente en países con un fuerte sector industrial como Alemania”, añadió.

El pasado miércoles Rusia aprobó sanciones económicas contra una treintena de compañías de Alemania, Austria, Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Suiza y otros países en represalia por las restricciones unilaterales de los gobiernos de esas naciones.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, remarcó que “al parecer esas empresas serán sustituidas por otras en el comercio del gas”.

Desde el Gobierno del canciller alemán Olaf Schölz admitieron que la respuesta de Rusia aumenta la presión en torno al abastecimiento de gas al país, considerado la “locomotora” de Europa.

Fuente: Sputnik News y agencias

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