Por segunda semana consecutiva, el dirigente piquetero alzó la voz contra el “cristinismo” dentro de la disputa de poder que hace temblar la tapa de la olla a presión que es el oficialismo.
La temperatura en algunos lugares dentro del Frente de Todos (FdT) parece que ya no puede medirse con termómetros normales. Las palabras fueron escalando semana a semana y, desde que se selló el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), día a día. La olla a presión que es la coalición oficialista se acerca al punto de ebullición y este lunes apareció, tal vez, la acusación más grave de todas para los integrantes de este espacio: “Ser funcional a la derecha macrista”, como disparó el piquetero Luis D’Elía contra el diputado nacional Máximo Kirchner.
“El discurso público de Máximo Kirchner intentando crear desesperanza en el pueblo tiene que ver con sus ambiciones electorales de cara al 2023 y es funcional a la derecha macrista, no se corresponde con la necesidad del Frente de Todos de construir la victoria popular en el 2023”, escribió el dirigente social luego de participar del Encuentro Internacional por la Vivienda y el Hábitat Popular 2022 que encabezó el presidente Alberto Fernández.
Dentro de la división entre “albertistas” y cristinistas”, D’Elía se recostó sobre el sector del Presidente, sin ser del “riñón” del jefe de Estado, claro está. Pero, convencido de que la unidad del FdT es fundamental para evitar el regreso de Juntos por el Cambio (JxC) en 2023 a la Casa Rosada, el líder piquetero es una de las voces que se alza contra la figura más crítica del primer mandatario, el hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
El discurso público de Máximo Kirchner intentando crear desesperanza en el Pueblo tiene que ver con sus ambiciones electorales de cara al 2023 y es funcional a la derecha macrista, no se corresponde con la necesidad del Frente de Todos de construir la victoria popular en el 2023
— Luis D’Elia (@Luis_Delia) May 2, 2022
La semana pasada, D’Elía ya había cruzado a Andrés Larroque, segundo referente en La Cámpora después de Máximo K. El “Cuervo” se había quejado de que a pesar de que “nadie votó” al ministro de Economía, el Gobierno tomó el rumbo acordado por Martín Guzmán con el FMI por el acuerdo por la deuda de casi 45 mil millones de dólares.
“Al ‘Cuervo’ Larroque tampoco lo voto nadie. Su único mérito para ocupar un ministerio es ser ‘amigo’ de Máximo Kirchner y hoy con sus declaraciones contra Guzmán le hace el juego a lo peor del macrismo”, había dicho D’Elía.
Del otro lado, este fin de semana la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, propuso que Cristina Kirchner “sea presidenta vitalicia”, trató de “mentiroso” a Alberto Fernández y dijo que tiene ganas de “trompear” a Guzmán porque parece “un ministro de los ‘yankis'”.
Las rispideces no son sólo entre las dos facciones principales del FdT sino que también en las últimas horas innovó con una disputa “intra género”. Con intención, se filtró la controversia ocurrida en el grupo de WhatsApp “Mujeres gobernando”, que integran más de 200 funcionarias de todas las áreas de Gobierno.
La titular de AySA, Malena Galmarini, esposa del titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, tercera pata de la coalición gobernante, se cruzó con la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, por la discrecionalidad con las invitaciones a los actos oficiales.
Hasta los furcios juegan en contra del FdT. El diputado Leopoldo Moreau, del bando “cristinista”, dijo que “lo que no tiene el Presidente en un frente electoral de estas características es la última palabra”, cuando en realidad quiso decir “la única palabra”. Pidió perdón enseguida, pero el error dejó una vez más expuesta la grieta que está a punto de explotar dentro del FdT.