El titular de la Cámara de Diputados consideró que hay que “dejar atrás” la “diferencia” originada en el oficialismo por el acuerdo firmado con el FMI.
El presidente de la Cámara de Diputados y uno de los socios fundadores del Frente de Todos, Sergio Massa, advirtió hoy que “los trapitos se lavan en casa”, en referencia a la interna en el espacio oficialista entre los funcionarios que responden a la vicepresidenta Cristina Kirchner y los más cercanos al presidente Alberto Fernández.
“Los trapitos se lavan en casa, la mayoría de los argentinos nos quiere ver trabajando juntos. Tenemos que poneros en la cabeza que, más allá de nuestros matices y de que en varios temas podemos pensar distinto, hay que cumplir con ese contrato que en 2019 firmamos con la Argentina, que tenía que ver con devolver la esperanza, recuperar el empleo, llenar la heladera”, señaló Massa en declaraciones a Radio 10.
Para el líder del Frente Renovador, “esa discusión que marcó un punto de inflexión en el Frente de Todos hay que dejarla atrás”, en referencia a la negativa del kirchnerismo duro de apoyar el acuerdo firmado por el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar la deuda de 45 mil millones de dólares tomada durante el gobierno de Mauricio Macri.
“Yo acompañé al acuerdo, al Presidente y además trabajé con mucha fuerza en conseguir la mayor cantidad de consensos posibles, porque me parece que era el mejor acuerdo posible para Argentina en este momento. Hay que superar esta etapa y tenemos que trabajar en los desafíos que vienen”, afirmó.
Massa considero que “una vocación de algunos sectores de la oposición por limar al Gobierno, por limar la autoridad del Presidente” y “por hacer leña del árbol caído” a partir de la interna en el oficialismo, lo que -consideró- “perjudica a los argentinos”.
“Con matices, con diferentes opiniones, todos trabajamos para el éxito del Gobierno, del Presidente. Me parece que hay una cosa ahí de meter ruido donde no lo hay”, expresó.
“Hay una vocación de hacer daño, que afiche, que esto, que lo otro, que ruido, que asamblea, que operaciones, una vocación de querer limar y desgastar al Gobierno básicamente porque están mirando el 2023. Yo creo que es un error, porque no es un año electoral y la sociedad espera que nos pongamos de acuerdo en algunos temas y resolvamos problemas. Me da la sensación de que esa lógica política también autolastima a la oposición”, analizó.