La ministra chilena del Interior había utilizado ese término en mapudungún para referirse al territorio ancestral, lo que causó rechazo en la oposición argentina.
Los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y Chile, Gabriel Boric, descartaron este lunes la existencia de un conflicto territorial en zonas reclamadas por el pueblo mapuche que se extienden a ambos lados de la cordillera de los Andes.
La semana pasada, la ministra del Interior del nuevo gobierno chileno, Izkia Siches, utilizó el término “Wallmapu” (en mapudungún: “tierra circundante”) para referirse a los territorios que los mapuches reclaman como propias.
Consultada en el sur del país trasandino, donde grupos radicalizados mantienen un enfrentamiento violento con las autoridades, al hacer mención al tema usó esa palabra para referirse especialmente a la Región de La Araucanía.
Esto fue interpretado por opositores en Argentina como un intento de poner en duda la soberanía sobre el territorio patagónico nacional.
Uno de los que se pronunció fue el legislador de la provincia de Río Negro Juan Martín, quien dijo que cuando los funcionarios de Chile hablan de “Wallmapu” están “legitimando un reclamo territorial” que afecta a la soberanía nacional.
“No hay confusión, quedó todo aclarado, para nosotros no hubo ninguna inquietud”, aseguró Fernández al ser consultado durante la conferencia de prensa conjunta que brindaron los jefes de Estado en el marco de la visita de Boric a Buenos Aires, la primera del mandatario al exterior.
“Ninguno de nosotros ha puesto en cuestión la soberanía territorial de nuestros respectivos países”, completó Boric a su turno, quien aclaró que el conflicto con estas comunidades originarias es histórico: “Este no es un tema que hayamos inventado nosotros o el presidente [Sebastián] Piñera, no es un problema con Argentina sino entre el Estado chileno y el pueblo mapuche, no lo vamos a desconocer. Hemos decidido un camino, que es el camino del diálogo, que le va a molestar a muchos, que creen que a partir de la violencia se pueden conseguir cosas”, anticipó.
Precisamente este domingo la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), uno de los grupos mapuches más extremistas de Chile, rechazó la vía del diálogo y reafirmó su “camino político-militar”, a pesar del acercamiento que suponía la llegada de un gobierno más inclinado a escuchar sus reclamos que el de Piñera.
“La elección de Boric se inscribe en un contexto marcado por el reciclaje de una vieja institucionalidad asimilacionista que ha fracasado en el Wallmapu”, afirma un comunicado de la CAM.
El texto remarca además que la presencia de representantes indígenas en el Proceso Constituyente y la “supuesta aspiración plurinacional del gobierno entrante” son instancias “con claras limitaciones políticas e ideológicas” que reflejarían la “legitimización de un discurso progresista en materia indígena a nivel nacional e internacional”.
La semana pasada, la ministra Siches ya había pedido disculpas a los argentinos que reaccionaron a sus dichos sobre el “Wallmapu”: “Para nada está en mi intención inmiscuirme en el territorio de nuestros hermanos trasandinos. Quiero ser muy clara, el término está enfocado a nuestro territorio nacional”, dijo la funcionaria.
Boric también apoyó la idea de una resolución diplomática con Argentina sobre las diferencias respecto a la plataforma entre la isla de Tierra del Fuego y la Antártida, que es reclamada por ambos países.