Enfrentado a una propagación fulminante de la variante Ómicron de coronavirus, registró más de 122.000 nuevos casos, otro máximo desde el inicio de la pandemia.
El Reino Unido enfrenta una propagación fulminante de la variante Ómicron de coronavirus y registró este sábado más de 122.000 nuevos contagios, otro máximo histórico desde el inicio de la pandemia.
En total, de ayer a hoy se contabilizaron 122.186 nuevas infecciones de coronavirus en todo el país, cifra que marca un incremento del 30% con respecto a la semana anterior y más del doble que hace quince días, según los datos del Gobierno.
Además, en las últimas 24 horas, el país, uno de los más golpeados por el virus en Europa, reportó 137 muertes, por lo que el total ascendió a 147.857.
También se informaron 1.171 nuevos ingresos hospitalarios, dato que establece una aceleración en la tendencia al alza.
Cada nación del Reino Unido tiene competencias propias en materia sanitaria. Por el momento, Gales, Irlanda del Norte y Escocia anunciaron un endurecimiento de las restricciones que entrarán en vigor esta semana.
En cuanto a Inglaterra, el gobierno de Boris Johnson se resiste a imponer medidas suplementarias apoyándose en estudios que muestran un riesgo de hospitalización más bajo con la variante Ómicron que con la Delta, dominante hasta hace poco.
Allí, un récord de 1,7 millones de personas tuvieron coronavirus la semana pasada y las diez áreas más afectadas en Inglaterra están todas dentro de un radio de casi cinco kilómetros cuadrados en el sur de Londres, según cifras oficiales.
Frente a este salto, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, anunció días atrás la cancelación de las festividades previstas para el Año Nuevo ante el aumento de contagios.
Hace una semana se estimaba que en la capital británica una persona de cada 20 tenía coronavirus, cifra que afecta a muchos sectores económicos debido al cierre de empresas y anulaciones en el transporte.
Los expertos temen que pese a un menor riesgo de casos graves, el número de contagios sea tan elevado que vuelva a presionar sobre el sistema hospitalario.
Por su parte, la directora de la agencia británica de seguridad sanitaria, Jenny Harries, aseguró que las autoridades tienen en cuenta en sus decisiones el impacto de la pandemia en los hospitales pero también en la sociedad en su conjunto, especialmente en la mano de obra.