El ministro de Trabajo hizo saber desde los afiches que su candidatura a jefe de Gobierno porteño es irreversible.
Carlos Alfonso Tomada fue de los primeros en salir a reivindicar su derecho a volver a hacer política tras la muerte de Néstor Kirchner. En un acto a pocos días de la tragedia, reinauguró una unidad básica (fue la tercera reinauguración) en el barrio de Monserrat. Pero ahora la cosa va en serio: a pocas semanas de que su colega de gabinete Amado Boudou se lanzara con el apoyo de Hugo Moyano y la UOM de Capital, Tomada -un abogado siempre ligado a los gremios y a la CGT- avisó en una importante pegatina de carteles que elegirlo a él como alcalde porteño es la mejor decisión “tomada”. Su publicista no pudo resistirse a la tentación de usar el apellido, que le venía tan bien.