Antonio Guterres indicó los factores que llevan a subestimar la gravedad del problema, con “consecuencias catastróficas para la vida de las personas”.
El mundo se enfrenta a severos problemas de sostenibilidad de la deuda tras la crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus que no han sido debidamente entendidos ni manejados, según el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres.
En declaraciones a The Financial Times, el alto funcionario internacional señaló que la “respuesta al Covid-19 y a los aspectos financieros [de la crisis] ha sido fragmentaria”, así como “demasiado limitada en escala y tardía”, mencionando también entre los contratiempos las “divisiones geopolíticas”.
Según Guterres, el hecho de que solo seis países fueran incapaces de pagar su deuda externa el año pasado —Argentina, Belice, Ecuador, el Líbano, Surinam y Zambia— ha creado una “ilusión” de estabilidad y “la percepción errónea de la seriedad de la situación”.
Señaló además que grandes países emergentes de ingreso medio, como Brasil y Sudáfrica, se han endeudado fuertemente gracias a prestadores nacionales y no inversores extranjeros, a tasas de interés mucho mayores que aquellas de las que gozan los países ricos.
Esto hace que los peligros parezcan menos visibles que en las crisis anteriores en los mercados emergentes.
La incapacidad para fortalecer la sostenibilidad de la deuda presenta la “amenaza de que comprometamos la recuperación de las economías en desarrollo con consecuencias catastróficas para la vida de las personas: la expansión de la hambruna y la pobreza, y problemas dramáticos en los sistemas de salud y de educación”.
Estos, sostuvo, en muchas ocasiones llevan a la inestabilidad, perturbaciones sociales y conflictos. “Ahora todo está entrelazado”, subrayó.
El Banco Mundial evalúa que unos 120 millones de personas han caído debajo del umbral de la pobreza debido a la crisis del Covid-19, y la mayoría de los “nuevos pobres” se encuentran en los países de ingreso medio.
La ONU anteriormente advirtió que el impacto severo a largo plazo de la pandemia podría llevar a la pobreza extrema a más de 200 millones de personas, elevando el número total a más de 1.000 millones para 2030.