La sesión de la Asamblea Legislativa de este miércoles amenaza con ser escandalosa. Otros 140 representantes republicanos harán lo mismo para postergar la designación.
Al menos once senadores estadounidense anticiparon ya que se opondrán a la ratificación de la victoria del presidente electo, Joe Biden, durante la sesión del Congreso programada con ese objetivo para este miércoles 6, lo que forzará un voto sobre el resultado de las elecciones del 3 de noviembre.
La maniobra de los senadores, entre ellos el texano Ted Cruz, está destinada al fracaso y no logrará impedir que el Congreso ratifique la victoria de Biden en esa sesión, pero sí anticipa un largo debate y una votación sobre el triunfo del presidente electo.
Entretanto, unos 140 representantes republicanos harán lo mismo durante la Asamblea Legislativa que debe ratificar los resultados del Colegio Electoral, lo que hará que un tradicional trámite de dos horas pueda insumir más de diez.
En un comunicado conjunto, los once senadores explicaron que se opondrán a la certificación de los resultados hasta que no se realice una auditoría de diez días. “El Congreso deberá nombrar inmediatamente a una comisión electoral con plena autoridad para investigar y determinar la verdad de los hechos con el objetivo de hacer una auditoría de emergencia de diez días de los resultados electorales en los estados en disputa”, afirmaron.
Además de Cruz, posible aspirante republicano a la Presidencia en 2024, los senadores que desafiarán la victoria de Biden son Ron Johnson (Wisconsin), James Lankford (Oklahoma), Steve Daines (Montana), John Kennedy (Luisiana), Marsha Blackburn (Tennessee), Mike Braun (Indiana), Cynthia Lummis (Wyoming), Roger Marshall (Kansas), Bill Hagerty (Tennessee), y Tommy Tuberville (Alaska).
Su anuncio se suma al que hizo esta semana Josh Hawley, el primer senador republicano en comunicar que desafiaría la victoria de Biden en apoyo al presidente saliente, Donald Trump, quien no reconoce su derrota y alega hasta ahora sin pruebas que hubo fraude.
Este miércoles ambas cámaras del Congreso se reunirán para poner el sello final al resultado de las elecciones y solo basta con que un miembro de la Cámara Baja y otro del Senado se opongan al cómputo de votos electorales en un estado para que puedan desafiarlo.
No obstante, para invalidar el resultado en uno o varios estados, tendría que superarse una votación de ambas cámaras reunidas, algo que en la práctica es imposible porque los demócratas, el partido de Biden, controlan la Cámara Baja, la más numerosa.
La sesión del 6 en el Congreso es el último paso en el proceso de certificación del resultado electoral y dará vía libre a la llegada al poder de Biden el 20 de enero.
Los abogados de Trump han presentado medio centenar de demandas fallidas para cuestionar sin pruebas el resultado en varios estados clave donde ganó Biden.
Triunfo incontestable. La victoria del dos veces exvicepresidente de Barack Obama se hizo oficial el pasado 14 de diciembre, cuando la confirmó el Colegio Electoral, y fue entonces cuando el líder republicano McConnell reconoció al demócrata como presidente electo.
Pero Trump se mantuvo firme en su desafío al resultado electoral, lo que deterioró su relación con McConnell, quien confiaba en evitar el debate en el Senado sobre el triunfo de Biden.
Aunque no hay ninguna perspectiva de que la votación en el Congreso cambie el resultado de las elecciones, sí obligará a cada legislador republicano a mostrarse a favor o en contra de la batalla de Trump contra lo votado, una última prueba de lealtad que promete llenar de tensión al partido.
Además, miles de simpatizantes de Trump, entre ellos miembros del grupo de ultraderecha “Proud Boys”, fueron convocados por el presidente a manifestarse en Washington el miércoles, como otra modo de presión y de mostrar que él maneja las bases republicanas.