La Santa Sede se pronunció luego de una investigación de un medio australiano y aseguró que esa cantidad y las transferencias citadas “no salieron” de sus arcas.

El Vaticano y la Iglesia católica australiana negaron tener conocimiento de unas transferencias por 2.000 millones de dólares que se habrían  enviado de Roma a Brisbane, Australia, según acusaciones de la agencia de inteligencia financiera del Gobierno del país oceánico.

Según informa Reuters, de acuerdo con el Centro Australiano de Análisis e Informes de Transacciones (AUSTRAC, por sus siglas en inglés) la suma en cuestión se constituyó con unas 47.000 transferencias separadas.

Las cifras fueron hechas públicas en una investigación sobre el manejo financiero del Vaticano dada a conocer la semana pasada por el medio The Australian.

Al respecto, un funcionario de alto rango de la Santa Sede con conocimiento de los estados financieros aseguró este miércoles que esa cantidad de dinero y el número de transferencias citadas “no salieron” de la Santa Sede.

Según apunta Reuters, la fuente, que se pronunció bajo condición de anonimato, reconoció que el Vaticano cuenta con alrededor de 100 entidades legales, entre hospitales y otros similares, pero que “no tienen tales cantidades de dinero”.

Entretanto, el arzobispo de Brisbane, Mark Coleridge, también negó que la Iglesia australiana haya estado al tanto de esos movimientos de fondos. “Puedo asegurarles que ninguna diócesis u otra entidad de la Iglesia vio algo de ese dinero”, recalcó en diálogo con la agencia de noticias.

“Nadie sabe de dónde viene ni a dónde va”. En su informe, The Australian afirma que el Vaticano y sociedades vinculadas habrían realizado transferencias a Australia por 2.000 millones de dólares desde 2014, justamente en la época en que surgieron las acusaciones por abusos sexuales contra el extesorero del Vaticano, el cardenal australiano George Pell.

(El papa Francisco recibió el pasado 12 de octubre a Pell, ex “ministro de Economía” del Vaticano, quien regresó a Roma tras ser absuelto en el juicio en el que se lo acusaba de varios delitos de pederastia).

Los movimientos financieros, que según el medio abarcan unas 47.000 transacciones, provocaron que la Policía Federal australiana iniciara una investigación.

Dennis Shanahan, editor político de The Australian y autor de las denuncias, afirma que intentó averiguar “a dónde fue el dinero”, pero tras ponerse en contacto con las autoridades eclesiásticas le respondieron que “no se habían enterado” de los movimientos.

Shanahan subraya que, cuando Pell asumió la tesorería del Vaticano, comenzó a cerrar “cuentas poco fiables” y luego de ser retirado de su cargo las finanzas se “dispararon”.

“Estamos hablando ahora de miles de millones de dólares y nadie sabe de dónde viene ni a dónde va ni quién lo controla” ese dinero, comentó en una entrevista a Sky News.

“Parece ciencia ficción”. Las transferencias de dinero del Vaticano son manejadas por dos oficinas: El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido popularmente como el Banco Vaticano; y la Administración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA).

Según el funcionario del Vaticano citado por Reuters, la APSA envió a Australia en 2014 menos de 970.000 dólares para el pago de salarios, pensiones y gastos de la embajada de la Santa Sede en ese país. Y las sumas transferidas por el IOR a sus clientes en ese país no se acercan a las cantidades que alega AUSTRAC, añadió.

“El presupuesto anual total de la Santa Sede es de unos 330 millones de euros. Las cifras [de AUSTRAC] son aproximadamente cuatro veces más. Parece ciencia ficción”, desestimó el entrevistado.