El papel de los bancos centrales se debilita a la vez que los gobiernos tienen más peso en las políticas monetarias, señala Bloomberg.
Hasta la fecha, en la mayoría de los países los bancos centrales gozaban de suficiente autonomía como para impulsar sus propias políticas, que a menudo se enfocaban en equilibrar las de las gobiernos, que tienden a optar por gastar más y, por lo tanto, pueden provocar inflación.
Sin embargo, a partir de la pandemia de coronavirus el papel de los banqueros centrales está cambiando y va cediendo ante los gobiernos, que aumentan los gastos en respuesta a la crisis sanitaria, advierte un artículo de la agencia Bloomberg.
El gasto público, que sirvió de “amortiguador” ante el Covid-19, se considera cada vez más vital para una recuperación económica sostenida, al tiempo que la política fiscal ha sido clave en la lucha contra el coronavirus con gobiernos subvencionando los salarios, enviando ayudas a los más necesitados y garantizando préstamos para las empresas.
“La política fiscal es la gran apuesta ahora”, comentó a Bloomberg Stephen King, asesor económico de HSBC Holdings Plc. “Como banquero central, tienes que aceptar que en ese sentido has perdido un poco de poder ante el proceso político”, estimó el especialista.
En respuesta a los enormes gastos, se están acumulado déficits presupuestarios sin precedentes, un enfoque que, sin embargo, los economistas han ido apoyando gradualmente desde la última gran crisis financiera de 2008, señala la nota.
Sin poder presionar a las autoridades monetarias para contrarrestar políticas fiscales demasiado flojas y con escasas herramientas a su disposición para impulsar las economías, con las tasas de interés en cero o por debajo, los bancos centrales ahora están pidiendo más gasto, comprando franjas de la deuda resultante y prometiendo bajos costos de endeudamiento en el futuro, explica el sitio económico.
Según las previsiones de Bloomberg para el crecimiento mundial, este año se producirá una contracción del 4,5 % seguida del 4,8 % en 2021.
Este punto de vista de referencia asume que el aumento de los casos en Europa y EEUU se reducirán pero no destruirán la recuperación, que Washington ofrecerá un estímulo fiscal adicional en el primer trimestre de 2021 y que unas vacunas se distribuirán ampliamente a mediados del año próximo.