El kirchnerismo se muestra crítico de las posturas del exsecretario de Energía de Alfonsín. De aquellos vierntos, estas tormentas.
En las filas del kirchnerismo energético circulan fuertes críticas hacia el exsecretario de Energía radical, Jorge Lapeña, a quien atribuyen una postura notoriamente favorable a las petroleras extranjeras.
En tiempos de vacas flacas cunde el canibalismo político, pero es cierto que Lapeña no puede asociarse a una política nacional de hidrocarburos, más allá de que haya bautizado a su “think tank” con el nombre del prócer Enrique Mosconi.
“Se apropió de ese nombre pero sus ideas no tienen nada que ver con la soberanía energética”, apuntan desde las oficinas de la secretaría de Energía que conduce el neuquino Darío Martínez, que comenzó su gestión a finales de agosto pasado.
Los muy memoriosos recuerdan que fue Lapeña el que convenció a Raúl Alfonsín de enterrar el programa nuclear argentino, que el kirchnerismo dijo en campaña que volvería a renacer de sus cenizas (siempre que China se haga cargo de la construcción de alguna central atómica).
El “barril criollo”, Vaca Muerta y el nuevo Esquema de Gas 2020-2024 presentado recientemente por el ministro de Producción, Matías Kulfas, han vuelto a poner en discusión temas centrales que encuentran a Lapeña en la vereda de enfrente del gobierno. Y de buena parte de la industria.