Ruth Bader Ginsburg tenía 87 años y era un ícono del movimiento de la lucha por los derechos de las mujeres.
Ruth Bader Ginsburg, jueza asociada de la Corte Suprema de EEUU, que hizo historia por su lucha por la igualdad de género, murió este viernes a los 87 años en Washington por complicaciones de un cáncer de páncreas que hizo metástasis, informaron sus médicos.
De inmediato, se desató una puja política por su vacancia, la que el presidente Donald Trump busca cubrir de inmediato. “Nos pusieron en esta posición de poder e importancia para tomar decisiones por el pueblo que orgullosamente nos eligió, la más importante de las cuales se ha considerado desde hace mucho la selección de jueces del Tribunal Supremo. ¡Tenemos esta obligación, sin demora!”, tuiteó el mandatario cuando aún no se han realizado las exequias.
Pero fue Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, quien una hora después del deceso de la magistrada se lanzó a escribir en su cuenta de Twitter: “Los estadounidenses reeligieron nuestra mayoría [en el Senado] en 2016 y la ampliaron en 2018 porque prometimos trabajar con el presidente Trump y apoyar su programa, particularmente sus extraordinarios nombramientos de jueces federales. Una vez más, mantendremos nuestra promesa. El nominado del presidente Trump será votado en el Senado”, anunció.
.@GOP We were put in this position of power and importance to make decisions for the people who so proudly elected us, the most important of which has long been considered to be the selection of United States Supreme Court Justices. We have this obligation, without delay!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 19, 2020
Ícono liberal. En los años setenta Ginsburg se convirtió en un ícono del movimiento de la lucha por los derechos de las mujeres y de los seis casos clave que llevó en aquella época ante la Corte Suprema ganó cinco.
Gracias a sus esfuerzos, en 1971 se dictaminó por primera vez en la historia que las mujeres debían ser tratadas igual que los hombres y que lo contrario era una discriminación de género cuando Ginsburg logró que una madre de un menor fallecido se hiciera cargo de su patrimonio.
En el tribunal, entre sus logros también destaca el fallo de 1996 que ordenó al Instituto Militar de Virginia aceptar a las mujeres o renunciar a su financiación gubernamental. En los últimos años de su carrera, Ginsburg fue una líder incuestionalble del ala liberal de la corte.
“Ruth Bader Ginsburg no necesita una plaza en la Corte Suprema para ganarse el lugar en los libros de historia estadounidense. Ya lo ha hecho”, dijo en su momento Bill Clinton, quien la nombró jueza de la Corte Suprema en 1993.
Justice Ginsburg was a titan—a relentless defender of justice and a legal mind for the ages.
The stakes of this election couldn’t be higher. Millions of Americans are counting on us to win and protect the Supreme Court—for their health, for their families, and for their rights. pic.twitter.com/RjlQ6ZwPET
— Kamala Harris (@KamalaHarris) September 19, 2020
Ginsburg también votó en repetidas ocasiones para limitar la aplicación de la pena capital, y durante su mandato la Corte declaró inconstitucional que los estados ejecuten a los que padecen discapacitad intelectual y a los menores de 18 años.
Además, defendió el derecho al aborto y luchó en contra de la discriminación racial en el voto y la discriminación salarial de las mujeres.
Durante la campaña presidencial de 2016, se opuso a Trump en una serie de entrevistas concedidas a los medios. Según NPR, días antes de su muerte le dictó la siguiente declaración a su nieta Clara Spera: “Mi más ferviente deseo es que no me reemplacen hasta que sea instalado un nuevo presidente”.