Los arquitectos y directores de equipo de las empresas que trabajan en los arreglos de la catedral parisina regresaron a su base de operaciones para preparar la vuelta definitiva al trabajo.
A poco más de un año del trágico incendio que destruyó gran parte de su estructura, Notre-Dame volvió esta semana a verse rodeada de los equipos que trabajan en su atribulada reconstrucción, que en este tiempo ha sufrido marchas y contramarchas por varios factores, además del aislamiento social por el coronavirus.
Los arquitectos y directores de equipo de las empresas que trabajan en la reconstrucción de la catedral de Notre-Dame regresaron esta semana a su base de operaciones para preparar la vuelta definitiva al trabajo, tras el paréntesis forzado por las medidas para atenuar la propagación de la pandemia.
El 15 de abril del año pasado, un incendio arrasó parte del edificio de 850 años de antigüedad ubicado a orillas del río Sena. Las llamas destruyeron la aguja y el techo, que fueron alcanzados dentro de los 30 minutos de iniciado el fuego.
Tras el trágico incendio de Notre-Dame, los trabajos de reconstrucción han sufrido sucesivos retrocesos, primero como consecuencia de los riesgos de polución y luego por efecto del confinamiento nacional, que se estableció en Francia desde el 17 de marzo pasado.
A la espera de la evolución de la crisis, los equipos dirigidos por el general Jean-Louis Georgelin, presidente del ente público responsable de los colosales trabajos de la reconstrucción de Notre-Dame, han sido los primeros en volver a la catedral.
El mismo día del incendio, el presidente francés Emmanuel Macron anunció que Notre-Dame sería reconstruida en un plazo de cinco años. En su día, el general Jean-Louis Georgelin declaró a ABC: “La resurrección de Notre Dame se celebrará el 2024, con un gran Te Deum”.