“The Trump show” se vuelve letal

Fecha:

Compartir

Para el autor, el jefe de la Casa Blanca perdió el rumbo y se encamina a una derrota electoral que solo un milagro podría evitar. El poder del coronavirus.

Truman Burbank vivió toda su vida dentro de un “reality show” televisivo del que era involuntario protagonista, pero del que pudo escapar tras sospechar que había algo más detrás de la vida perfecta que llevaba. Su actuación encarnando a Burbank le valió a Jim Carrey un reconocimiento mundial por “The Truman Show”, película que obtuvo tres nominaciones al Oscar y ganó tres Golden Globe en 1999.

Poco más de dos décadas después el mundo asiste, atónito podría decirse, a otro “reality show” en el que su personaje central, a diferencia del pobre Truman, no sólo no quiere abandonarlo sino busca prolongarlo todo lo posible, aunque sus consecuencias puedan ser letales.

La conferencia de prensa del pasado jueves en la que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, especuló con la factibilidad de inyectar cloro o meter dentro del cuerpo “una luz muy intensa” para matar al coronavirus, podría muy bien ser -cuando la historia de esta época se escriba- el punto de inflexión de una gestión que ha tenido más de show que de lo que se supone debería ser el manejo de la primera potencia militar y económica del mundo.

Pese a los desesperados esfuerzos de sus responsables de comunicaciones, medios derechistas aliados como la cadena Fox y envalentonados tuiteros que darían la vida por Trump, nadie en su sano juicio pudo creer cuando al día siguiente y ante el vendaval causado por sus elucubraciones seudocientíficas el presidente trató de minimizar sus comentarios diciendo que había sido sarcástico cuando hablaba a los periodistas.

Jamás se le cruzó por la cabeza, en el supuesto caso de que su explicación hubiera sido cierta, cuáles son las razones para que un gobernante hable con “sarcasmo” mientras más de 2.000 personas mueren por día, con el agregado de que cientos siguieron sus recomendaciones multiplicándose este fin de semana las llamadas a centros de emergencia por parte de gente que había tomado soluciones de cloro para “matar al virus”.

Las razones por las que Trump miente e intenta cambiar la realidad, incluso cuando deja por escrito frases que después niega con vehemencia o las cámaras dejan grabadas para siempre palabras y gestos de los que después reniega, las dejamos para el análisis de psicólogos o psiquiatras.

Pero para muchos que veían en Trump una especia de personaje medio payasesco pero en el fondo inofensivo, es muy probable que el jueves haya sido la gota que llenó el vaso tras una larga serie de metidas de pata, mentiras, arbitrariedades, fanfarroneadas, ataques a medios y opositores y toda la gama de insultos que suele emplear pero que en el marco de una pandemia que ha matado en esta país casi a la misma cantidad de gente que la guerra de Vietnam, han estado definitivamente fuera de lugar.

Por lo pronto, y como consecuencia del desplome que sufre día a día en las encuestas -aunque para las elecciones del 3 de noviembre falta una eternidad, si se celebraran este lunes seguramente Joe Biden lo vencería- este sábado Trump anunció que no volvería a sus ruedas de prensa diarias porque “no valían la pena” y porque los periodistas le hacen “preguntas feas”.

Y si bien este “show” diario que acumulaba puntos de rating en un país agobiado por la crisis, que ya ha dejado más de 26 millones de desocupados, y embarcados en una pendiente a la que no se le ve el fin, por ahora ha salido del aire, es muy probable que el inquilino de la Casa Blanca esté preparando otro, obsesionado como está por la televisión y la popularidad.

Para algunos analistas los errores no forzados de Trump se deben a su desesperación frente a las ominosas encuestas y la debacle económica que el coronavirus ha desatado sobre el país.

Convencido de que la buena marcha de la economía le haría olvidar a los estadounidenses su juicio político, sus romances con actrices porno, sus mentiras y sus ofensas a mujeres, negros, latinos y otras minorías, lo que lo llevaría a un segundo mandato, la caída en picada de la actividad y el crecimiento exponencial de la desocupación han acabado con ese sueño.

Por otra parte, quienes conocen de cerca al primer mandatario dicen que es una simple víctima del pensamiento mágico. En este sentido, un examigo y aliado, Joe Scarborough -excongresista conservador por Florida y ahora presentador en la cadena MSNBC-, “las consecuencias de este estado mortal de negación han sido catastróficas para las víctimas de la pandemia y la economía de Estados Unidos”.

En una larga recapitulación, Scarborough detalló que en enero Trump dijo que la amenaza del coronavirus era “una persona que venía de China”: “Lo tenemos totalmente bajo control. . . todo va a estar bien “, afirmó, aunque ya sabía por informes de inteligencia de la gravedad de la amenaza que representaba el nuevo virus.

En febrero, Trump predijo que el virus desaparecería en abril. “Es como un milagro. Desaparecerá solo”, dijo. Esa predicción temeraria también se produjo semanas después de que el personal de la Casa Blanca advirtiera que el virus podría poner en peligro la vida de millones de estadounidenses y costarle a la economía billones y billones de dólares.

En marzo, les dijo a preocupados senadores republicanos que “mantuvieran la calma” porque “(el virus) desaparecerá” y se pasó gran parte de ese mes ignorando a Anthony Fauci, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, además de declarar que el uso no probado de un medicamento contra la malaria para tratar el Covid-19 podría ser “uno de los mayores cambiadores del juego en el historia de la medicina”.

Esta semana, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) tuvo que advertir a los estadounidenses contra el uso de la hidroxicloroquina para tratar el virus porque causaba “problemas graves de arritmia cardíaca”.

En abril, el pensamiento mágico de Trump continuó con toda su fuerza y el nervioso presidente aseguró a los periodistas que el Covid-19 “podría no volver en absoluto” este otoño. Fauci nuevamente tuvo que corregir las falsas afirmaciones de Trump. Y al día siguiente fue cuando divagó sobre los beneficios imaginarios de ingerir desinfectantes e implantar luces para pacientes de coronavirus delante de una especialista que no daba crédito a lo que oía.

Es este hombre, protagonista de su propio show -del que no quiere ni puede salir- quien espera ser reelegido el 3 de noviembre.

El resultado de esa elección no solo será un juicio sobre su gestión sino sobre el propio electorado de la democracia más antigua del mundo.

Compartir

Últimas noticias

Suscribite a Gaceta

Relacionadas
Ver Más

Elecciones en EEUU: DeSantis se bajó y Trump se encamina a ser el candidato republicano

Este martes en New Hampshire reafirmó su favoritismo para la nominación para competir contra Biden en noviembre.

Londres, en sentido opuesto a Buenos Aires: congelan los boletos de colectivos

El alcalde, Samir Khan, sostuvo que la medida ayudará a impulsar los sectores cultural, minorista y de hostelería ante un escenario inflacionario.

Elecciones en EEUU: Trump picó en punta en las primarias republicanas

El expresidente quiere volver a la Casa Blanca. Pelea en su espacio contra Ron deSantis y Nikki Haley.

Crisis en Ecuador: sigue el estado de sitio y narcos controlando cárceles

El presidente Noboa declaró el "conflicto armado interno", una medida que permite la movilización total de las Fuerzas Armadas en todo el territorio nacional.