Sería el primer Ejecutivo formado por más de una fuerza política desde la reinstauración de la democracia, en 1977.

El Partido socialista (PSOE) y Podemos llegaron hoy a un principio de acuerdo para la formación de un gobierno de coalición en España en un hecho que no tienen antecedentes desde la recuperación de la democracia, hace 42 años. 

“El compromiso de ambas formaciones es propiciar una propuesta para desbloquear la situación”, afirmó el presidente en funciones, el socialista Padro Sánchez, antes de proceder a la firma del documento.

Posteriormente, el líder de la izquierdista Podemos, Pablo Iglesias, explicó que se comprometieron en armar un gobierno que “combine la experiencia del PSOE con la valentía de Unidas Podemos” y que sea la “mejor vacuna contra la extrema derecha”.

En las elecciones del pasado domingo, la ultraderechista formación Vox más que duplicó la cantidad de escaños en el Congreso de los Diputados hasta llegar a 52, mientras que el PSOE logró 120 y Podemos 35. El Partido Popular será la segunda minoría con 87.

Iglesias también aseguró que es “tiempo de dejar atrás cualquier reproche”, en alusión a las anteriores negociaciones fallidas, y que “es un verdadero honor poder trabajar desde el Gobierno para mejorar la vida” de los españoles. Además, señaló que van “a buscar el apoyo de otros grupos a este acuerdo para afrontar la legislatura”.

Las últimas fueron las cuartas elecciones consecutivas en el país ibérico desde 2016, donde el bloqueo político y la paridad de fuerzas impidieron formar un gobierno estable.

Sánchez afirmó luego que el acuerdo que hoy presentaron “no fue posible” tras los anteriores comicios aunque estuvieron “cerca de lograrlo”. “Somos conscientes de la decepción entre los votantes progresistas”, reconoció, tras lo cual recalcó que “el proyecto político es tan emocionante que supera cualquier desencuentro” que hayan podido tener.

Definió entonces al futuro Ejecutivo como “un gobierno rotundamente progresista” en el que “lo único que no cabrá será el odio y la confrontación entre españoles”. 

También consideró que se trata de “un acuerdo para cuatro años de legisladura”, que “nace con el propósito de abrirse a otras fuerzas políticas” porque ya “no hay motivos para más bloqueos”. Y finalizó calificando al nuevo proyecto de “ilusionante, emocionante y esperanzador”.

Aunque no se ha hablado de cargos y nombres durante la conferencia de prensa, la mayoría de los medios españoles dan por hecho que Iglesias entraría en el Ejecutivo ocupando una las tres vicepresidencias que habría diseñado Sánchez.

Un preacuerdo de diez puntos. El pacto se plasmó en un documento que contiene diez puntos y que afirma que las dos fuerzas han “alcanzado un preacuerdo para conformar un Gobierno progresista de coalición” y que “comparten la importancia de asumir el compromiso en defensa de la libertad, la tolerancia y el respeto a los valores democráticos”.

En los diez puntos se perfilan las políticas que serán ejes del futuro Poder Ejecutivo bicolor: combatir la precariedad laboral, luchar contra la  corrupción, combatir el cambio climático, profundizar en las políticas  feministas y garantizar la convivencia en Cataluña, entre ellas.

Primeras reacciones. Uno de los primeros políticos en confirmar la noticia, momentos antes del anuncio de Sánchez e Iglesias, fue Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida (IU), que integra Unidas Podemos, quien afirmó que “hoy es un día de celebración”.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, celebró que haya habido “por fin, sentido común” y calificó el acuerdo de una “obligación” para hacer “frente al avance de los discursos de odio y la extrema derecha”.

Por su parte, Pablo Casado, líder de PP, dijo a los medios que “un gobierno radical no es nada de lo que necesita España”. “A Sánchez ya no le preocupa que Iglesias esté en su Gobierno”, apuntó, reiterando que “lo lógico es que Sánchez hubiera asumido responsabilidades” tras los resultados de las elecciones generales del domingo.

Por su parte, Santiago Abascal, líder de Vox, consideró que el PSOE “se abraza al comunismo bolivariano” y que harán responsable al partido de Sánchez “de cada daño que produzcan a la convivencia y al orden constitucional”.