Ejercitar la mente: cómo hacerlo y por qué es importante

Fecha:

Compartir

Todos conocemos o al menos tenemos unas nociones de como ejercitar el cuerpo. Pero, cuando pensamos en la mente, ¿todos sabemos cómo hacerlo?

A diario nos planteamos comenzar un estilo de vida más sano ya que hemos empezado a tomar conciencia de lo importante que es cuidarse. Pero cuando nos referimos a esto, a menudo pensamos en ejercitar nuestro cuerpo y empezar a comer de una manera más sana, incluso a seguir esa dieta que hemos leído en la última revista de salud y alimentación. Pero siempre nos olvidamos de ejercitar el músculo más importante de nuestro cuerpo, el cerebro. El que muchas veces pasamos por alto cuando queremos comenzar una vida más saludable y equilibrada. ¿Pero acaso el equilibrio no está tanto en entrenar la mente como el cuerpo? Todos conocemos o al menos tenemos unas nociones de como ejercitar el cuerpo. Pero, cuando pensamos en la mente, ¿todos sabemos cómo hacerlo?

El poder del cerebro y como entrenarlo. El cerebro es uno de los órganos principales en el cuerpo humano y como tal, debería ser entrenado. En alguna ocasión habrás oído hablar de ejercicios para ejercitar la mente, pero cuántos podrías nombrar hoy en día: ¿Uno, dos…? No te preocupes, para eso estamos aquí. Hagamos un repaso a algunas de las maneras más conocidas de ejercitar el cerebro en el día a día de cualquier persona.

Ya hemos hablado de ello, pero el ejercicio físico está relacionado, en cierto modo, con el tema que estamos tratando en este artículo. El deporte nos ayuda a relajarnos, a concentrarnos y a crear o tener cierto sentido de control sobre nuestro cuerpo gracias a la liberación de hormonas como la serotonina o dopamina (entre otras) que afectan el estado de ánimo. Además, el deporte puede cambiar nuestro día, así que haz el esfuerzo y practícalo cada vez que puedas.

Prosiguiendo con la lista, sería importante mencionar aquella actividad que tendemos a olvidar: la lectura. Hay quien intenta buscar un pequeño hueco en su agenda para leer ese libro que le han recomendado o que ha visto en ese escaparate recientemente. ¿Por qué no dedicar tiempo a un buen libro, dejando de lado otros dispositivos como el móvil o el televisor? Leer nos ayuda a hacer “gimnasia cerebral” ya que estimula el cerebro, creando un imaginario tan amplio como aquel que pueda crear tu mente acerca de la historia que hayas elegido. La lectura nos traslada a otro tiempo y lugar sin movernos del sofá de casa. Vivir aventuras está al alcance de todos.

Pero no solo la lectura ayuda en este tema, toda actividad que estimule nuestra mente como los juegos de azar o de estrategia ayudarán a conseguir un cerebro más activo. Así pues, aprender a jugar a juegos como el ajedrez o el poker es clave en esta materia. Ambos requieren de una habilidad para recordar, crear posibles jugadas y variables para conseguir llevarte la partida, prever jugadas para ganar a tu oponente, resolver problemas con una mayor facilidad y rapidez y a mejorar la creatividad y la concentración en otros aspectos de nuestra vida. No debemos olvidarnos de otras opciones como los clásicos crucigramas o los famosos sudoku, tan de moda desde hace unos años. Una manera de mantener el cerebro joven tanto con palabras como números.

Aprender idiomas es otra de las asignaturas pendientes que todos tenemos o nos hemos planteado en algún momento de nuestra vida y en el que casi siempre no damos el paso hacia delante. Y es que las personas que son bilingües disponen de una facilidad mental para concentrarse y aprender. Pero no vale con saber el idioma, hay que utilizarlo, ya que el uso de más de una lengua o el cambio entre estas ofrece una gran agilidad mental, retrasando el envejecimiento cerebral.

Otros modos de mantener nuestra mente joven y a punto es dedicar tiempo a nuestra concentración con ejercicios básicos, como la técnica “Pomodoro” en la que solo necesitamos un cronómetro. En él marcaremos un tiempo de 5 minutos. Durante este tiempo deberemos concentrarnos en realizar la tarea que nos hayamos propuesto ese día, tú decides: montar un puzle, leer un capítulo de un libro, hacer ganchillo, pero siempre manteniendo la concentración en esa actividad y no saliéndonos de ella. Y es que no es un proceso inmediato, sino que debemos mantenerlo cada día, añadiendo cinco minutos extra cada día que realizamos la actividad. Recoger información en una agenda o memorizar cierto tipo de información son otras ideas que nos pueden ayudar a mejorar nuestra concentración.

“Mens sana in corpore sano”. Como hemos podido ver la mente es tan importante como el cuerpo para conseguir un equilibrio y mejorar nuestra salud. Y no se trata de un ejercicio de un día, sino que debemos mantener unas rutinas e ir probando diferentes actividades para que nuestro cerebro siga activo con el tiempo. Teniendo en cuenta que hoy en día disponemos de recursos digitales de fácil acceso como pueden ser un libro digital, un teléfono móvil o una tablet. Podremos descargar diferentes aplicaciones, ya que existen miles de aplicaciones gratuitas, que nos permiten realizar algunas de estas actividades como sudokus, crucigramas, jugar al ajedrez o aplicaciones dedicadas a aprender idiomas de manera sencilla. Y es que ese pequeño esfuerzo diario puede fortalecer nuestro cerebro en muy poco tiempo. Y tú, ¿con que métodos te animas?

Compartir

Últimas noticias

Suscribite a Gaceta

Relacionadas
Ver Más

Calentamiento global innegable: 2023 fue el año más caluroso registrado

Por 0,17° celcius se batió el récord de 2016. En Argentina se superaron marcas que databan desde 1961.

Viaje privado a la Luna, un pasito más cerca de concretarse

El módulo Peregrine, de una empresa conjunta entre Lockheed Martin y Boeing, tiene fecha de alunizaje el próximo 23 de febrero.

El verano del hemisferio norte fue el más caluroso jamás registrado

El Ártico canadiense experimentó la peor temporada de incendios forestales y el sexto año más cálido desde 1900.

Un nacimiento que trae esperanza: el hipopótamo de sumatra resiste

Es la segunda cría que nace este año de esta especie en peligro de extinción y con una población de menos de cien ejemplares.