El lienzo del pintor sevillano perdura como la gran obra maestra del Museo del Prado desde hace 200 años.
Puede hasta parecer un sacrilegio. Un museo con tantas obras maestras como las expuestas en El Prado cuenta con una, especialmente una, identificada como la joya de la corona desde su apertura hace 200 años. Efectivamente, se trata de “Las meninas” de Velázquez o “La familia de Felipe IV”, como se la conoció originariamente cuando fue pintada en 1656.
Su calidad artística resulta definitiva para que ocupe esta primera posición, pero los misterios que esconde han contribuido en gran medida a que mantenga este liderazgo. Dos siglos después, sigue siendo, indiscutiblemente, la número uno.
No pocos han intentado desentrañar sus mensajes ocultos. Incluso el historiador de arte Jonathan Brown llegó a acuñar un trastorno, el llamado “Síndrome de la Fatiga de Las Meninas (SFLM)”, para alertar sobre el estado de saturación que han sufrido algunos estudiosos que le han dedicado años y esfuerzos en resolver sus enigmas (en muchos casos en vano).
Picasso pudo ser uno de ellos. Foucault, Rubén Darío, Manet, Borges, Oscar Wilde…hasta Goya se dejaron atrapar por su magnetismo. “Uno de sus grandes atractivos es que hasta ahora se ha mantenido en el misterio”, comenta Javier Portús, jefe de Conservación de Pintura Española hasta 1700 del Museo del Prado.