Warnes, una acertada biografía

Fecha:

Compartir

El héroe de la Independencia necesitaba una biografía y un biógrafo, y lo encontró después de dos siglos de su muerte en la batalla del Pari el 20 de noviembre de 1816.

Hace más de cuarenta años un señor Warnes, descendiente del militar que organizó una serie de homenajes a su antepasado con el auspicio de la Asociación de Descendientes de Guerreros y Próceres de la Independencia que presidía María Angélica Fernández Cordero, organizó un acto académico en el Museo Mitre y una fría mañana invernal concurrimos a la esquina de las avenidas Ángel Gallardo y Warnes para descubrir una placa. Entre otros recuerdo en esa patriada a Fernando Olavarría Rivarola, que ya no está con nosotros, y a Mario Passo, siempre activo en cuanto rescate de nuestra historia hubiera.

En verdad Ignacio Warnes necesitaba una biografía y un biógrafo, y lo encontró después de dos siglos de su muerte, ocurrida en la batalla del Pari el 20 de noviembre de 1816, cuando “cayó montado y una pierna bajo el peso del caballo. Levantó la vista para buscar ayuda entre los suyos, pero se encontró cara a cara con una pistola y el violento estruendo de su explosión. Alcanzó a ver el reflejo de un rayo dorado sobre la bayoneta antes de que un manto negro cayera abruptamente sobre su mirada y lo silenciara para siempre”.

Justamente, las comillas pertenecen a Paul A. Dougall, autor de “Warnes, caudillo de Belgrano 1770-1826”, que con ágil pluma describe los momentos finales del héroe, recordándonos en algo a aquella muerte de Juan Lavalle por Ernesto Sábato.

El autor está casado con Ana Warnes y sin duda, después de otros dos libros de carácter biográfico, ha devuelto a su mujer la “dote” con una excelente evocación del prócer familiar. El mérito de la obra reside especialmente en que Dougall es, según afirma, “un apasionado de la historia” pero con límites muy precisos a la hora de dejar jugar esas pasiones, y es un excelente conocedor de archivos y de bibliografía. Usando una forma que para algunos podrá parecer antigua pero que atrapa al lector, escribió un Warnes y su tiempo, como en su tiempo Bartolomé Mitre describió el proceso independentista alrededor de Manuel Belgrano o el de la emancipación americana con la figura de José de San Martín; o más cercanos en el tiempo, Beatriz Bosch lo hizo con Justo José de Urquiza; Jorge Mayer con Juan Bautista Alberdi y Horacio Zorraquín Becú con José Hernández.

No hubo archivo que el autor no revisara, desde el de la Nación Argentina, pasando por el de Simancas y el Naval en Madrid o el de Indias en Sevilla, el de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia o el de los Inválidos en París, sin contar los Museos Mitre y Saavedra y las bibliotecas y archivos del Convento de Santo Domingo y del Museo Histórico Nacional en Montevideo. Con tal bagaje logró acabadamente lo que se propuso, “una biografía de Ignacio Warnes, un retrato de vida escrito en el contexto y el lenguaje de su tiempo, basado fundamentalmente en fuentes originales y relatos contemporáneos”.

No deja de lamentarse el autor de que algunos escritores americanos cuentan con cientos de recursos y documentos, poniendo como ejemplo al estadounidense Bernard Baylin, dos veces ganador del Pulitzer por sus trabajos de investigación histórica. Como ejemplo, la publicación de documentos sobre el presidente John Adams alcanzará los 150 volúmenes, algo alejado de nuestra realidad cuando las lluvias a cada rato estropean viejos legajos en nuestro Archivo General de la Nación.

Warnes nació como Belgrano en 1770, fueron compañeros en sus primeros años en el convento de los Dominicos y en el Real Colegio de San Carlos. La vida los volvió a unir en tiempos de la Patria nueva. No vamos a seguir hablando de un texto que sin duda vale la pena leer, magníficamente editado por Grupo Abierto Libros, con muy buenas ilustraciones, y que no puede faltar en la biblioteca de quien estudie nuestras guerras de la independencia, especialmente en Bolivia.

Una carta de Belgrano a la madre de Warnes, doña Ana García de Zúñiga, de viejo e ilustre abolengo rioplatense, fechada en Tucumán en enero de 1818, a 14 meses de la muerte de su hijo, cierra el libro y vale la pena concluir con algún párrafo de ella este comentario: “Dudé mucho tiempo de la muerte de nuestro Ignacio, y hasta que por conductos fidedignos no supe la gloria con que cubrió su carrera, no quería creer que Ud. y la Patria hubiesen perdido un hijo tan digno, y yo un verdadero amigo”. Más adelante, agrega Belgrano que Warnes fue un héroe “que se presentará a los venideros como ejemplo”. Casi profético, don Manuel, este libro de Dougall cumple con ese cometido a más de doscientos años.

* Historiador. Académico de número y vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación

Compartir

Últimas noticias

Suscribite a Gaceta

Relacionadas
Ver Más

Steps to Creating Woodworking Ready Plans

Planning is essential for woodworking projects. The construction process...

Transradio Internacional: un hito en las comunicaciones en el centenario de su inauguración

El viernes 25 de enero de 1924, con la presencial del entonces presidente Marcelo T. de Alvear, comenzaba a funcionar en Monte Grande.

Literatura 2024: las publicaciones que se vienen, tema por tema

Ficción, no ficción, política, psicología, deportes, biografías, recopilaciones, feminismo y más, detallado género por género.

Historias. De curanderos y otras yerbas

Pascual Aulisio y Evaristo Peñalva fueron dos personajes famosos por sus conocimientos para aliviar malestares con recetas "no oficiales" de la medicina occidental.