El título es el mismo del libro que el Grupo de Trabajo para la Historia de la Población de la Academia Nacional de la Historia publicó con el Archivo General de la Nación bajo la dirección de César García Belsunce.

El título de esta nota, con el que comenzaban las planillas de los censos, es el mismo del libro que el Grupo de Trabajo para la Historia de la Población de la Academia Nacional de la Historia publicó con el Archivo General de la Nación bajo la dirección de César García Belsunce, fallecido poco después de su presentación.

Resulta de interés el volumen que coordinaron Susana Frías y María Inés Monserrat, con trabajos de María Inés Martese y Adela Salas. Trata sobre los pobladores rurales en los padrones porteños entre 1726 y 1744 de los pagos de Areco, Arrecifes, Cañada de la Cruz, Cañada Honda, Las Conchas, Los Arroyos, Luján, Magdalena, La Matanza y San Isidro.

Uno de los lugares interesantes es Magdalena: su curato fue creado en 1730 y se fijó su límite con La Matanza. Abarcaba desde el Riachuelo de los Navíos hasta el Río Salado y comprendía los distritos de Avellaneda, Quilmes, Lomas de Zamora, Lanús, Alte.Brown, Florencio Varela, Esteban Echeverría, San Vicente, Coronel Brandsen, La Plata, Magdalena, una parte de los partidos de Chascomús, General Paz, Montes, Cañuelas, Pila y Punta Indio. 

En ellos encontramos nombres de individuos que hoy forman parte de sitios geográficos, entre ellos en 1726 los Lara, ambos de nombre Bernardo, uno de ellos de 50 años, casado, domiciliados en el pago de Magdalena. Fueron desde el 1700 dueños de las tierras que dieron el nombre de Punta Lara a esa zona, cercana a la ciudad de La Plata, conocida antes como Punta Ballena por haber varado allí uno de estos cetáceos.

Bernardo de Lara había casado con una hija de Antonio de Barragán, a quien también ubicamos en este censo: los Gutiérrez de Barragán ocupaban esa zona desde 1629 y por ser un buen puerto natural pronto se convirtió el lugar en el sitio elegido por contrabandistas de negros para desembarcar clandestinamente su mercancía. De ahí que el apellido materno del primitivo propietario le diera el nombre a esa ensenada “de Barragán”, entonces pago de la Magdalena.

Dentro de esta lista encontramos a los Gaete, en el mismo pago, descendientes de doña Polonia Izarra, casada con Gaspar de Gaete, de los primeros en recibir en 1630 tierras en la zona. Y también en la Magdalena a los Ortega, vieja familia que conservaba sus tierras aún a comienzos del siglo pasado en la zona de San Vicente, y que en 1826 figuran en el departamento de Cañuelas, como María Ignacia Lara en la Magdalena, según la lista alfabética de contribuyentes de ese año.

No falta en los pagos de Luján y San Isidro el apellido López Camelo, de larga tradición, entre ellos Lorenzo López, uno de los paisanos después alcalde de Pilar, que salvó en su caballo a Juan Martín de Pueyrredon en el combate de Perdriel.

Sin duda esta obra es una herramienta de suma utilidad porque los historiadores de los sitios mencionados, los genealogistas, quienes trabajan en historia rural y cualquier interesado encontrará muchas respuestas a una serie de consultas.

Último aporte en la materia de García Belsunce aunque su equipo sin duda nos brindará otros muchos trabajos de esta calidad, que serán además el homenaje a un pionero en estos estudios.

* Historiador. Académico de número y vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación