Tras la derrota en el Parlamento, podrían celebrarse el próximo 28 de abril en un panorama de balcanización de la política.

Los partidos secesionistas ERC y PDeCAT unieron sus votos a los del Partido Popular, Ciudadanos, Coalición Canaria, Foro Asturias y UPN, que voltearon el proyecto de Presupuesto del Estado español, con lo que la devolución de las cuentas públicas al Ejecutivo que conduce el socialista Pedro Sánchez no tendrá más alternativa que convocar a elecciones.

La votación terminó con 191 votos a favor de devolver la iniciativa presupuestaria al Gobierno frente a 158 que apostaban por su tramitación, y una abstención.

Las razones de los partidos que conformaron este nuevo bloque de moción en contra del Ejecutivo previsiblemente no fueron unánimes: las divergencias son muy notables y poco tienen que ver con el contenido del propio proyecto de Presupuesto.

Los secesionistas rechazaron las cuentas oficiales y le dieron así un golpe letal al Gobierno porque no aceptó los dos imposibles que exigía a cambio: negociar el derecho a la autodeterminación, sobrepasando los límites constitucionales; y conseguir que Sánchez interfiriera en la acción de la Justicia en favor de los políticos procesados por el 1-O, vulnerando la separación de poderes.

PP y Ciudadanos, por su parte, votaron contra las cuentas, según la prensa española, porque les parecen negativas para el país y porque su primer deseo es forzar la convocatoria de elecciones generales cuanto antes para intentar sacar de La Moncloa a un jefe de Gobierno al que acusan de preferir sustentarse y negociar con la izquierda populista y “los que quieren romper España” antes que con los partidos constitucionalistas.

Las fuerzas más pequeñas -CC, Foro Asturias y UPN- lo hicieron por motivos más económicos al considerar que el Gobierno en su proyecto inclina claramente la balanza en favor de Cataluña en detrimento del resto del país para garantizarse el respaldo del soberanismo que les hubiera resultado imprescindible para seguir en el poder.

Ahora, tras la caída del Presupuesto sólo resta esperar a que Sánchez revele sus planes inmediatos que, según todos los partidos del arco parlamentario, deberían pasar por la llamada de los españoles a las urnas.

De hecho, nadie cree que sea posible prolongar una legislatura “a base de decretos constreñida por el Presupuesto elaborado por el Gobierno de Mariano Rajoy”, indica el diario El Mundo.

“A lo largo del debate, con cruces de acusaciones durísimas, se ha desvelado con nitidez el inicio de la campaña electoral. De hecho, pocos albergan dudas de que las cuentas tumbadas y el proyecto político que encierran constituirán la columna vertebral de la oferta que Sánchez presente a los ciudadanos, unida con la constatación de que finalmente se ha resistido a las exigencias del independentismo”, añade el periódico.

El PSOE y Unidos Podemos intentaron hasta último momento convencer a ERC y PDeCAT de la necesidad de aprobar la ley de leyes, y lo hicieron agitando incluso el fantasma del miedo a un posible Gobierno futuro de la derecha con el que llegarían a enfrentarse a una nueva aplicación del artículo 155. Pero el esfuerzo fue vano. El juicio que se sigue en el Tribunal Supremo contra los cabecillas del 1-O marcó definitivamente las cartas de las fuerzas secesionistas.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, habló tras la votación y arremetió contra quienes ponen trabas para evitar que el país siga hacia delante. En su opinión, se trata de una “conducta punible”.

“La derecha dice que no a las políticas sociales que pretenden resolver los problemas cotidianos de los ciudadanos”, recalcó tras asegurar que algunos “están instalados en la confrontación”. “La ultraderecha se hace un hueco en este país”, advirtió en alusión a Vox, que consiguió en Andalucía doce escaños en las últimas elecciones regionales.

Montero también ha asegurado que el Gobierno nunca ha estado dispuesto a aceptar el derecho de autodeterminación que exigen las fuerzas independentistas porque está fuera de la Constitución.

“Seguiremos trabajando porque hay muchos proyectos que deben venir a este Congreso y otros que están en tramitación. “Trabajaremos hasta el último día”, ha dicho la ministra.