El conductor y empresario llega adonde los políticos tradicionales son rechazados. Tras volver a San Lorenzo, las claves de las especulaciones alrededor suyo.
Imaginate, otra vez, la final del Bailando. Otra vez, Marcelo Tinelli comandando la respiración de un país mientras espía un sobre para revelar el nombre de la pareja ganadora. Picos de rating de entre 20 y 30 puntos. Pico de popularidad de Tinelli. Nada que no hayamos visto. Pero…
Y si te digo que Marcelo arranca ShowMatch en septiembre.
Y si te digo que la final del Bailando en lugar de ser en diciembre será en junio.
Justo en el cierre de listas de las PASO para las candidaturas para el 2019. Justo.
¿Y qué les dice Marcelo a sus amigos del “círculo rojo” cuando chatea de política?
“Voy a hacer lo que Argentina necesite que haga”, dice. Así escrito.
El “cursus honorum” de la política del Imperio Romano lo mandaría primero a ganar como intendente de Bolívar, después a gobernador de Buenos Aires y recién, al final, a candidatearse a Presidente. Pero el “cursus honorum” en tiempos de crisis funciona de otra manera: requiere atajos.
Si 19 encuestas dicen lo mismo, es que debe ser verdad. La veintena de sondeos de adhesión/rechazo dicen.
Adhesión a Mauricio Macri: 29%
Adhesión a Cristina Kirchner: 22%
Adhesión a La avenida del medio: 9%
RECHAZO A TODOS LOS ANTERIORES: 39%
Hay un rechazo muy grande a todo lo que huela a política profesional. Casi cuatro personas de cada 10 no quieren a los políticos que conocen. Y ése es el territorio donde Tinelli hace pie. Las encuestas, que ya tiene Clarín en su poder y aún no ha publicado. Y que dicen que la imagen positiva de Marcelo entre las clases populares C3, D y E y los jóvenes de 16 a 29 años está en torno al 52%. Dos grupos que, cuanti y cualitativamente, le están dando la espalda a los políticos que no les han mejorado su calidad de vida. Sucede que en los barrios abandonados de la mano de Dios no hay avenidas del medio, hay calles de tierra, que con agua se hacen barro.
Los intendentes del Conurbano, que le tienen bien medida la sensación térmica a los vecinos, hablan mucho entre ellos. “¿Cómo estás con la basura?”, pregunta un Gustavo Ménendez de Merlo. “Bien, ¿vos como estás con los sueldos?”, responde un Gabriel Katopodis de San Martín. Son los dos ítems que se comen como hongos radioactivos el presupuesto de los municipios: planta municipal y recolección de residuos. Pero en las conversaciones empezó a aparecer una sigla: ABL. Y ahí ninguno anda bien. Hay mora en la recaudación de Alumbrado Barrido y Limpieza. Eso alertó a los intendentes, que encargaron una encuesta reservada conjunta a la que accedió en exclusiva gacetamercantil.com.
Atención. Veinte por ciento de los vecinos tuvo problemas para pagar la luz; 25% para pagar el gas; 25% tuvo para pagar el agua y, también, las encuestas confirmaron el feeling de los intendentes: 20% dejó de pagar el ABL. Las respuestas pintan un paisaje gris, frío, como el viento de acero de agosto. Pero la pregunta extra que hicieron los encuestadores en el GBA es la que llena de aire el “spinnaker” de Tinelli.
Cuando se le pregunta a la gente: “¿Como crees que vas a estar el año que viene?” la respuesta en el Conurbano es shockeante. 50% cree que va estar peor en 2019 de lo mal que ya la viene pasando en 2018. Y es en ése colectivo donde Tinelli derrama su magia: en los jóvenes y los carecientes.
Los desangelados. ¿Y quien mejor que alguien que tiene ángel para representar a los desangelados?