En medio de la peor crisis de su mandato, en Salta reunió a la mesa nacional de Cambiemos: pidió austeridad y defendió el acuerdo con el FMI.
Después del trago amargo al veto a la ley de tarifas, el presidente Mauricio Macri buscó dar una señal de que la tormenta -la peor desde que llegó al poder hace 30 meses- quedó atrás y dar una vuelta de página para volver a focalizarse en el futuro.
Eso fue lo que representó para el Gobierno la presentación ayer en Salta de la mesa nacional de Cambiemos, con el jefe del Estado a la cabeza, pero sin la conflictiva presencia de su jefe de Gabinete, Marcos Peña.
“Ya está, ahora tenemos que mirar lo que viene”, aseguró uno de los representantes de Macri en la mesa nacional, que se reunió en el Centro de Convenciones de la capital de la provincia norteña.
Durante su exposición, el Presidente hizo un balance de los dos años y medio que lleva al frente del Poder Ejecutivo.
Al najar línea para homogeneizar el discurso, subrayó que recibió “un camino con obstáculos” y que durante la primera etapa de su gobierno las medidas que adoptó lograron alejar al país del “precipicio”.
Pero también hizo mención a los problemas que afronta como, por ejemplo, el déficit fiscal . “No resolvimos cosas que aún nos ponen en una posición vulnerable. El Estado gasta en casi todas las áreas más de lo que tiene. Eso nos hace dependientes”, insistió el mandatario.
Ante los suyos, defendió la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se firmará en las próximas semanas.
“No hay un FMI bueno o un FMI malo. Hay buenos o malos acuerdos. Hemos presentado una propuesta para continuar el crecimiento de la Argentina. Siento que el futuro es enorme y las posibilidades inmensas”, subrayó, tratando de insuflar optimismo.
“Se habló de las excelentes perspectivas que la Argentina tiene a partir del ordenamiento de sus cuentas. Profundización de las medidas que tomamos en estos años. Seguimos creciendo, somos muy optimistas con respecto al futuro”, declaró, en previsible sintonía con su jefe, el presidente de PRO y senador nacional Humberto Schiavoni.
Las palabras de Macri, según l secretario general del partido, Francisco Quintana, sirvieron para enviar un mensaje de “unidad” y “fortaleza”.
Además, el vicepresidente primero de la Legislatura porteña dijo que el Presidente les pidió a todos los presentes que sean “coherentes” en sus roles. “El mensaje es que seamos austeros, que nadie despilfarre y que seamos implacables con la corrupción”, describió Quintana.
Entre los asistentes estaban el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y el secretario de Interior, Sebastián García de Luca, entre otros dirigentes.
Antes de partir a Santiago del Estero, para mantener encuentros con el gobernador local, Gerardo Zamora, y sus pares Lucía Corpacci (Catamarca) y Juan Manzur (Tucumán), Macri volvió a encontrarse con el mandatario salteño, Juan Manuel Urtubey, quien en las últimas horas defendió el veto presidencial y cuestionó a sus pares.
La serie de encuentros con gobernadores seguirá hoy cuando se vea con Sergio Casas, el mandatario de La Rioja, y luego el Presidente regresará a Buenos Aires.