Nacido como una administración de museos, el CCR llegó a la madurez institucional y hoy es el epicentro de una actividad cultural digna de una ciudad como Buenos Aires.
Por Nanu Zalazar
El Centro Cultural Recoleta (CCR) cumple 30 años y como parte de los festejos eligió homenajear con una muestra en la Sala “Cronopios” a los tres artistas que ganaron el concurso, a finales de los años´70, para remodelar su edificio, que había sido un asilo de ancianos, y transformarlo en un centro que albergara los museos de la Ciudad. Los ganadores, Clorindo Testa, Luis Fernando Benedit y Jacques Bedel, tienen en común que son arquitectos y artistas plásticos.
El proyecto no fue una reconstrucción sino una transformación. La nueva obra arquitectónica resignificó en el uso algunos espacios existentes. Así fue como la capilla gótica se convirtió en auditorio y los claustros, en galerías de exposición.
Los casi 18.000 metros cuadrados del CCR se presentaban de manera compleja en varios edificios, incluyendo algunos del siglo XVII. El proyecto conservó los espacios originales, dando la coherencia necesaria para realizar exposiciones y actividad propias del quehacer museístico.
Los arquitectos eligieron diferentes colores para los distintos momentos históricos de su construcción: la parte colonial es blanca, la italiana del siglo XIX rosa viejo y lo nuevo, está en celeste y naranja. La capilla fue auditorio y en días más se mostrará totalmente remodelada para una nueva función: será una nueva sala de teatro para la ciudad de Buenos Aires.
En ocasión de la muestra curada por Renato Rita, que se inaugura el viernes 17, se presentará un catálogo alusivo que incluye referencias a las obras expuestas, reseñas históricas sobre el lugar y relatos de aquellos empleados con mayores experiencias y vivencias en el centro cultural y testimonios de cada uno de los directores y directoras que aportaron a la construcción de un modelo cultural único.
El edificio del CCR fue un terreno donado por los frailes franciscanos en 1716. Fue claustro, escuela, asilo de mendigos a partir de 1870, hasta que cien años después se transformó en Centro Cultural.
Según el director del Centro, Claudio Massetti, “los centros culturales son la energía vital de la sociedad contemporánea, instituciones generadoras de acciones que representan la diversidad cultural”.
El Centro Cultural Recoleta es también “un puente que vincula la producción de acciones, intercambios y transformaciones que dinamizan la construcción y circulación de sentido. La búsqueda de calidad está siempre presente, en la estética, en el servicio, en el compromiso con el ciudadano”, añadió Massetti, quien por ese motivo consideró “indispensable convocar a los tres artistas que lo diseñaron: Clorindo Testa, Luis Benedit y Jacques Bedel, para realizar una exposición en nuestra sala principal donde podamos descubrir los signos de ADN de nuestro Centro Cultural y los aportes creativos, estéticos y conceptuales engendrados por ellos”.
El 3 de diciembre de 1980 la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires inauguró las primeras obras realizadas del Complejo Museográfico, al que bautizó con el nombre de Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, como parte de la celebración de los cuatrocientos años de la fundación de la ciudad. Hoy, a 30 años, el CCR ya tiene su propia historia.