Justin Gatlin, quien posee dos sanciones por doping en su carrera, es cuestionado por público, prensa y dirigentes.
La consagración del velocista estadounidense Justin Gatlin como nuevo campeón del mundo de los 100 metros llanos por sobre el jamaiquno Usain Bolt, quien apenas logró el bronce en el Mundial de atletismo que se disputa en Londres, recrudeció el repudio con el nuevo “hombre más rápido del planeta”, quien dos veces debió purgar sanciones tras sendos controles antidoping positivos.
Aunque los 100 metros es la prueba más celebrada del atletismo, esta vez se convirtió en el eje de la polémica (y desilusión) por la no consagración de Bolt, que no pudo despedirse de los Mundiales con una nueva medalla de oro.
Para colmo de males de la Asociación Internacional de Federaciones Atléticas (IAAF), el vencedor resultó alguien que choca con la nueva imagen de “deporte limpio” que quiere dar la entidad desde la asunción del actual presidente, Sebastian Coe.
“No es el guión perfecto, pensé que Usain fue muy generoso. Tuvo que ser un evento amargo para él. Él es más grande que el momento y esto simbolizaba su carrera. Gatlin tiene derecho a participar. No es la jornada más excitante en perspectiva para mí, pero debemos tenerle un poco de respeto. Eso sí, no elogiaré el hecho de que alguien con dos sanciones encima se lleve uno de los mayores premios del atletismo”, sentenció Coe en declaraciones a la BBC.
Sin embargo, el propio multicampeón olímpico salió en defensa de su vencedor: “Tanto Gatlin, como yo y el joven Coleman, que acaba de llegar y ya hizo una gran temporada, hemos demostrado lo que somos año tras año, trabajando muy duro y consiguiendo resultados”, sostuvo un enojado Bolt en conferencia de prensa, donde afirmó que es “irrespetuoso” vincular la flamante victoria de Gatlin a un doping.
Pero aunque los colegas estén a su favor, el público no olvida que en 2001 fue sancionado por dos años por dar positivo de anfetaminas en un campeonato juvenil y en 2006 dio positivo por testosterona, con una sanción que implicaba la suspensión de por vida, pero que fue rebajada primero a ocho años y luego a cuatro.
Cuando Gatlin ganó, todo el estadio de Londres abucheó al ganador y vitoreó a Bolt. Y esa cruz deberá cargar el flamante campeón mundial de los 100 metros llanos.