Afirmó que la Iglesia \”debe meterse en la gran política\”, al participar de un seminario sobre trata de personas y crimen organizado, acompañado por jueces y fiscales de varios países.
El papa Francisco afirmó hoy que la Iglesia “debe meterse en la gran política” y pidió a los jueces que se “defiendan de caer en la telaraña de corrupciones”, durante un seminario sobre trata de personas y crimen organizado, realizado en El Vaticano y auspiciado por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales.
“La Iglesia está llamada a comprometerse. No cabe el adagio de la Ilustración, de que la Iglesia no deba meterse en política. La Iglesia debe meterse en la gran política”, afirmó.
El Pontífice dijo saber que “hoy en día ser juez o ser fiscal es arriesgar el pellejo” y que en esos cargos “sufren presiones y amenazas”.
“Eso merece un reconocimiento a la valentía de aquellos que quieren seguir siendo libres en el ejercicio de su función jurídica. Sin esta libertad, el poder judicial de una nación se corrompe y siembra corrupción”, recalcó.
Francisco exhortó a los magistrados a “realizar su labor esencial, la de restablecer la justicia”, por considerar que sin ella “no hay orden ni paz social”.
“Uno de los más grandes males de hoy es la corrupción en todos los niveles, que debilita a cualquier gobierno, la democracia participativa y la actividad de los jueces. A ustedes les corresponde hacer justicia, y les pido una especial atención en hacer justicia en el campo de la trata y el tráfico de personas, y frente a esto y el crimen organizado les pido que se defiendan de caer en la telaraña de corrupciones”, subrayó.
La delegación de jueces y fiscales argentinos está encabezada por el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, e integrada, entre otros, por los jueces federales Ariel Lijo, Sebastián Casanello, Sergio Torres, Julián Ercolini y María Romilda Servini de Cubría.
Además, estuvieron junto al Papa el legislador porteño Gustavo Vera y el secretario general del gremio de trabajadores judiciales, Julio Piumato.