Sanna Marin, primera ministra de Finlandia, rompió en llanto mientras daba un discurso en la ciudad de Lahti, según reportan los medios locales, al comentar los videos virales que la mostraron bailando íntimamente con el cantante Olavi Uusivirta, así como la foto de dos mujeres semidesnudas besándose en la residencia oficial de la gobernante.
Marin dijo que quiere creer que la gente prefiere fijarse en el trabajo que hacen los dirigentes políticos antes que en su vida personal.
La mandataria, de 36 años, comenzó su discurso admitiendo que la última semana “no ha sido la más fácil” de su vida. “Yo también soy humana”, dijo con lágrimas en los ojos, provocando aplausos. “Yo también echo de menos, en medio de estas nubes oscuras, la alegría, la luz y la diversión“.
Luego agregó que durante estos días ha estado pensando en la gente de Ucrania y en las personas que realmente están sufriendo, y también en los finlandeses.
La mandataria subrayó que “no ha perdido ni un solo día de trabajo” y que “no ha dejado un solo trabajo sin hacer”. “Voy a aprender. Estoy haciendo mi trabajo tan bien como siempre”, concluyó.
Entretanto, la ministra finlandesa de Educación, Li Andersson, aseguró que la vida privada de la primera ministra no afecta el funcionamiento del gobierno, y añadió que espera que el debate pase a centrarse en “cuestiones sustanciales”, entre ellas la situación ucraniana, el difícil invierno que se avecina y la crisis energética.
Petteri Orpo, representante de la oposición, expresó el mismo sentimiento y dijo que espera que la atención de los medios y de la opinión pública se centre ahora en “lo que la primera ministra no está haciendo”. “Tenemos una crisis energética, una inflación galopante, problemas en la sanidad. Necesitamos liderazgo“, reclamó.