Tras la tensión que puso en clima de guerra civil a Rusia el fin de semana pasado, el presidente del país, Vladimir Putin, agradeció a la nación por la unidad mostrada ante una breve pero inédita rebelión armada lanzada por el líder del grupo ruso de mercenarios Wagner, que generó interrogantes sobre su impacto en la autoridad del mandatario y en la ofensiva rusa en Ucrania, justo cuando la guerra arrecia.
En su primera aparición pública desde la insurrección del sábado pasado de Yevgueni Prigozhin y sus mercenarios, el presidente Putin también agradeció a la mayoría de los combatientes de Wagner por no haber permitido, según dijo, que la situación degenerara en un “baño de sangre”, y les ofreció enrolarse en el Ejército.
En una intervención desde el Kremlin, al parecer grabada y difundida este lunes, dijo que su Gobierno había adoptado todas las medidas necesarias para proteger al pueblo y al país de la sublevación, que achacó a “los enemigos de Rusia”, a Occidente y Ucrania. “Querían un resultado fratricida. Calcularon mal”, sentenció.
Horas antes, el propio Prigozhin dijo que la insurrección estuvo dirigida contra la cúpula militar de Rusia y no contra Putin, aunque su paradero seguía siendo un misterio.
El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, principal blanco del levantamiento, en tanto, hizo su primera aparición pública desde entonces, en un video visitando a soldados que pareció destinado a proyectar una sensación de normalidad después de la crisis política, la más grave del país en décadas.
En su intervención, Putin nunca nombró al multimillonario Prigozhin, a quien conoce desde hace años, y aunque agradeció el apoyo popular, dijo que “la rebelión armada de todos modos habría sido suprimida”.
“Los solidaridad civil demostró que el chantaje y los intentos de organizar un motín interno terminarán en derrota”, declaró, y luego se dirigió a los mercenarios.
“Agradezco a aquellos soldados y comandantes del Grupo Wagner que tomaron la única decisión correcta posible: no fueron tras el baño de sangre fratricida, se detuvieron ante la última línea”, dijo.
Más temprano, en un audio de 11 minutos, Prigozhin había que su rebelión y su marcha hacia Moscú fueron “para evitar la destrucción de la compañía militar privada Wagner” y en respuesta a un ataque ordenado por Shoigu y el jefe de las Fuerzas Armadas rusas contra un campamento de Wagner en Ucrania que mató a unos 30 combatientes.