El “Corcho” Alfredo Scoccimarro instaló un centro de mando en la Rosada desde el cual maneja los contenidos. Otra batalla por el control de la audiencia entre los K y Clarín.
Cuan capitán Nemo en el Nautilus, Alfredo Scoccimarro, el vocero de Cristina K y subsecretario de Medios, instaló en su despacho de la Casa Rosada un centro de mando con grandes pantallas de LCD desde donde sigue las señales de prueba de la televisión digital, el nuevo caballito de batalla del Gobierno para disputar la audiencia al grupo Clarín y diversificar ja oferta de contenidos.
El ex periodista económico y ex vocero de Julio De Vido –el “Corcho” entre los periodistas- fue ungido por Néstor Kirchner para la gestión política de la Televisión Digital Terrestre (TDT), la televisión de aire con mejor calidad de imagen y sonido que cambiará definitivamente la grilla televisiva.
La televisión digital se capta a través de sintonizadores para televisores y antenas usb para notebooks y computadoras. Por ahora, en la etapa de prueba, los canales accesibles en Capital y algunos puntos del interior son los estatales Canal 7 y Encuentro, Canal 9, Cultura y Noticias 23 (CN23, de Szpolsky), C5N y tres canales de prueba de la multinacional NEC, proveedora de la tecnología.
Se supone que en el corto o mediano plazo entrarán al espectro más canales ya que por cada frecuencia usada por la televisión analógica, se pueden instalar cuatro señales de TDT. Confirmadas están la señales gubernamentales INCAA TV (cine nacional), el infantil Paka Paka y las de los canales universitarios.
El objetivo del Gobierno es masificar rápidamente la opción de la TDT para que compita directamente con las señales de cable que transportan Multicanal, Cablevisión y otras empresas menores que cobran entre 100 y 150 pesos por el servicio. Para eso siguen con la distribución de 1,6 millones de decoders gratuitos entre entre los beneficiarios de planes sociales, jubilaciones mínimas y de asignaciones universales por hijo a través del Correo Argentino.
En el Gobierno suponen que la gratuidad será un elemento clave para incorporar audiencia y compensar la menor oferta de señales.
Para esta batalla, el kirchnerismo está organizando a sus militantes para la difusión de la nueva opción televisiva a través de foros temáticos, encuentros y actividades culturales.
En paralelo, a todo vapor, el Gobierno está instalando antenas en las principales ciudades del interior. El objetivo es dotar a todo el país, incluso a los parajes más recónditos, de la señal de TV digital a través de 46 antenas que se instalarán en cuatro etapas.
Ni más ni menos, una batalla más en la guerra cultural y económica entre el Gobierno y los medios opositores liderados por el Grupo Clarín.