Washington propuso limitar déficits y superávits al 4% del PIB. Emergentes y desarrollados consideraron que es “poco realista”. Prepararon la reunión de noviembre en Seúl con los jefes de Estado y de Gobierno del bloque.
Gyeongju, Corea del Sur (Enviado especial de GACETA MERCANTIL).- Estados Unidos propone limitar el superávit o el déficit de cuenta corriente a una banda del 4% del Producto Interior Bruto (PIB) de aqui hacia 2015 como medio de terminar con los desequilibrios globales.
El planteo de Washington llegó a Gyeongju en esta reunión del G-20 a través del secretario del Tesoro, Timothy Geithner, quien les envió una carta al resto de los ministros de Finanzas del Grupo.
Geithner pide que se “facilite un reequilibrio ordenado de la demanda global” y que los países “rehúsen las políticas cambiarias para obtener competitividad”, en alusión a la tan mentada y peligrosa “guerra de divisas”.
Según fuentes de la delegación surcoreana, la propuesta no fue bien recibida por gran parte de los ministros de Finanzas del G-20 reunidos en esta ciudad de Corea del Sur porque no es bien vista por China y la India, entre las llamadas economías emergentes, y de países industrializados como Japón y Alemania.
El ministro de Finanzas japnés, Yoshihiko Noda, confirmó la presentación de la propuesta estadounidense y la consideró poco realista.
Tanto Japón como Alemania son economías con gran dependencia de las exportaciones y con superávits bastante estables, por lo que ambas delegaciones se mostraron reacias a poner límites artificiales a sus cuentas.
Esto muestra la fractura real entre aquellos países que pueden enfrentar la crisis con sus cuentas macro más ordenadas y con “fundamentals” sólidos, y aquellos que ven en la crisis un peligro mucho mayor, en especial China.
Beijing, con un superávit por cuenta corriente superior al 4%, está en el centro del debate porque Estados Unidos critica que mantenga el yuan artificialmente bajo para favorecer su balanza comercial.
La reunión del G-20, que termina mañana, intentará encontrar una salida a la “guerra de divisas” que amenaza la recuperación global y acentúa los desequilibrios entre economías, pero pocos aquí confían en que se salga con un acuerdo superador.
El encuentro, en el que participan también los presidentes o gobernadores de los bancos centrales y los responsables de las principales instituciones económicas internacionales, es preparatorio para la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-20 que se celebrará los días 11 y 12 de noviembre en Seúl.
Otros puntos no menores en la agenda en Gyeongju son la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI), la supervisión de los mercados financieros y la disciplina fiscal de los miembros del G-20.