El ex “hombre fuerte” de SOCMA, la “nave insignia” de Franco Macri en los ’90, volvió al Coloquio de IDEA. Muchos lo extrañaban.
La Argentina vive en decadencia. La afirmación puede datarse a finales del siglo XIX, a mediados del XX o hace una semana, y ponerse en boca de cualquier dirigente o intelectual de su época. Vivimos quejándonos de esta situación, pero cuando alguien regresa a un escenario que dejó, por cualquier circunstancia, queda blanco sobre negro que sí, atravesamos una lenta decadencia. Aunque, coyunturalmente, no pueda irnos mejor o peor, materialmente hablando.
Toda esta introducción para contar que Jorge Aguado, un viejo impulsor de los coloquios de IDEA, fue visto de nuevo por los pasillos del encuentro. Y muchos veteranos (y no tanto) se acercaron para saludarlo y preguntarle el secreto de su jovialidad. Aguado fue un dirigente de lo que hoy se llamaría “la vieja Argentina”, pero es difícil encontrar hoy en las elites empresarias y política cuadros como él, se esté o no de acuerdo con sus posiciones públicas de los últimos cuarenta años. Sencillamente, no los hay.