El gobernador De Velasco y la vacuna en Paraguay

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En 1803, una serie de medidas para volver el viejo esplendor de los jesuitas se habían previsto y De Velasco era la persona indicada para hacerlo.

Bernardo de Velasco y Huidobro, nacido en 1752, con más de tres décadas en el Ejército y formado en matemáticas en Barcelona, acababa de cumplir 50 años cuando fue designado en 1803 por el rey Carlos IV gobernador de los pueblos del Paraguay y las Misiones. Una serie de medidas para volver el viejo esplendor de los jesuitas se habían previsto y Velasco era la persona indicada para hacerlo.

En enero de 1804 estaba en Buenos Aires y en junio iniciaba su gobierno. La doctora Mary Monte de López Moreira, actual presidente de la Academia Paraguaya de la Historia, publicó hace poco más de una década un libro titulado “Ocaso del colonialismo español. El gobierno de don Bernardo de Velasco y Huidobro, su influencia en la formación del Estado paraguayo 1803-1811”, donde describe minuciosamente al protagonista con la anexión de las Misiones al Paraguay en un momento histórico tan especial en estos dominios de España.

No fueron en ese tiempo pocas las preocupaciones por la vacunación masiva contra la viruela, un mal que hacía estragos en esos parajes. Como bien lo señala la autora, el problema de las enfermedades se debía en parte a la infraestructura urbanística y especialmente a la sanidad e higiene de la población. Su antecesor en el cargo “había resuelto penas pecuniarias a los vecinos que no observasen estas medidas”, que él aplicó apenas asumió: desperdicios y basuras: 8 pesos; animales sueltos: 8 pesos; retretes, cloacas y albañales con salida a la vía pública: 19 pesos.

Por esos días se enviaba a los gobernadores este impreso fechado en Aranjuez el 20 de mayo de 1804, con la firma de José Antonio Caballero y Campo Herrera, marqués de Caballero, ministro de Carlos IV que favoreció se organizara la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna en 1802, a impulsos del Monarca.

Dice el impreso al que pudimos acceder en el Archivo Histórico del Paraguay: “ + El  Rey ha tenido la grata noticia de haber arribado al Continente Americano la expedición marítima destinada a propagar entre sus amados vasallos de Indias el admirable descubrimiento de la Vacuna, después de haberla introducido en las Islas Canarias y de Puerto-Rico; y aunque espera que el Director y demás Individuos comisionados desempeñarán las obligaciones que tienen contraídas de comunicarla en los Pueblos principales de su vasta dominación, conforme al derrotero que se les prescribió, y que V.S. les auxiliará en esta importante empresa, en cumplimiento de la circular del primero de Septiembre próximo pasado. No satisfecha la paternal solicitud del Rey con haber proporcionado este inmenso beneficio a la generación presente, aspira a perpetuarlos para las futuras”.

Continúa: “Con este objeto quiere S.M., que a imitación de lo que se ha dignado resolver para la Península, destine V.S. una sala en el hospital de esa Capital, y otra en cada una de las provincias de su distrito, donde se conserve fresco y se comunique el fluido precisamente de brazo a brazo, a cuantos concurran, y de balde siendo pobres, practicando el Facultativo que elija, las operaciones periódica y constantemente por tandas, y en corto número de personas, proporcionado a los que nazcan de un año en común en esa y en las otras Capitales de su mando, por cuyo medio tendrán recurso seguro los habitantes de ellas, y los de las Provincias respectivas, y se evitarán las contingencias de extinguirse o de alterarse el fluido”.

Y completa: “Conviniendo adoptar todos los medios posibles para la subsistencia y gobierno económico y facultativos de estos establecimientos, formará V.S. el reglamento que le parezca más oportuno, oyendo al Director Don Francisco Xavier de Balmis, o al individuo que en su ausencia arribe con la expedición, o parte de ella, poniéndolo en práctica provisionalmente hasta la aprobación de S.M.; a cuyo fin dará V.S. aviso, y de cuanto ocurra, para su soberana inteligencia. Dios guarde V.S. muchos años….”.

A fines del siglo XVIII el médico inglés Eduardo Jenner descubrió que las pústulas de ganado vacuno, conocidas como “cow.pox”, inmunizaban contra la viruela, de donde viene el término vacuna. Después de dos años de experimentos, expuso en Londres los resultados de su investigación a través de un folleto que encontró entusiastas seguidores del método. Fue conocido en España en 1801 y, cuando se comprobaron los resultados de la aplicación de la vacuna en forma contundente, Carlos IV, justamente preocupado por los estragos que el mal hacía en sus dominios, decidió enviar a su médico de cámara De Balmis en una expedición a sus las provincias de ultramar para divulgar y aplicar el descubrimiento.

Mal común en el Paraguay y sus Misiones, Velasco ordenó la vacunación masiva y no fue necesario contratar facultativos de Buenos Aires porque en la Asunción vivía un reconocido médico y profesional de absoluta confianza del Real Protomedicato, Antonio Cruz Fernández, quien instruyó sobre la forma de hacerlo y en mayo de 1806 comenzó a aplicarse.

Es de hacer notar que los adelantos de la época llegaban a través de los periódicos. El Telégrafo Mercantil, que se editaba en Buenos Aires, tenía un único suscriptor en la Asunción, el doctor Fernández. Aquellos artículos con las últimas novedades los dimos a conocer con el doctor Fernando Tucillo en una nota titulada “La difusión de los temas médicos en la Asunción del Paraguay a través del Telégrafo Mercantil (1801-1802)” en la Revista de la Academia Paraguaya de la Historia, número LIII, de 2013.

* Historiador. Académico de número y vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación y correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia

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