La franquicia argentina de la ahora suspendida Superliga Americana jugó el fin de semana en Chile y el empresario fue denunciado por no haberse quedado aislado en su domicilio.
#Ceibos 🆚 #LosPumitas
Fernando Riccomi, Presidente de @Ceibos_Rugby sobre el primer amistoso de la franquicia en su historia. pic.twitter.com/JvT6w70O5g— Segura Afuera (@SeguraAfuera) February 21, 2020
Fernando Riccomi, la “pata” empresarial fuera del campo de juego de Los Ceibos, la nueva franquicia del rugby argentino que hace dos semanas debutó en la Superliga Americana, fue detenido por violar la cuarentena de prevención contra el coronavirus al regresar de Chile, donde jugó el pasado fin de semana el equipo con sede en Córdoba.
El sábado pasado, Ceibos venció 32-16 a Selknam en Santiago de Chile. Después de ese triunfo, se suspendió hasta el año próximo el torneo debido a la pandemia del Covid-19.
Al regresar al país, todos los integrantes de la delegación argentina debía respetar la cuarentena de dos semanas. Pero Riccomi, de 49 años, fue denunciado y anoche quedó detenido en su domicilio en el exclusivo barrio Fisherton de Rosario.
Riccomi es un empresario rosarino que tuvo vinculación con el rugby en tres clubes de la ciudad: jugó en Jockey y Old Resian y fue presidente de Caranchos.
Además, es titular de la obra social Medycin, socio de la empresa distribuidora de combustibles Italo Argentina y director del Diario Cruz del Sur, entre otras firmas comerciales.
Pero Riccomi no llegó solo a Ceibos, ya que para su propósito contó con el aval y la participación de la Unión Cordobesa. Por eso, Ceibos será local en Córdoba.
¿Cómo ingresó un privado a esta operación? Riccomi lo explica: “En 2012 hice un curso de coaching en Sudáfrica y ahí empecé a involucrarme con un mundo al que se debe ir y del que estoy convencido. Así que cuando la UAR lanzó la licitación para las franquicias de la Súper Liga, me presenté. Cumplí con todos los avales y como uno no podía presentarse solo, sino junto a una unión, me sumé a la de Córdoba. También ayudó que yo ya conociera a uno de sus dirigentes, Ariel Mammana [vicepresidente segundo de la UAR], así que avanzamos con el proyecto y firmamos todo hace unos días”.
Cuando se le pregunta a Riccomi si el trascendido de la cifra de inversión de un millón de dólares es correcto, responde: “Tenemos una cláusula de confidencialidad con la UAR, así que por favor entiéndame que no puedo dar ningún tipo de cifras ni tampoco el modelo del negocio”.