La salida parcial de endeudarse para superar lo peor de la crisis es la que tiene a la mano el Ejecutivo por el respaldo del FMI, que no quiere que Argentina se caiga en medio de su plan de estabilización.
La caída del poder adquisitivo, y consecuentemente del consumo, unida a la imperiosa necesidad de comenzar a dar buenas noticias de cara a las elecciones de octubre, harñan que el Gobierno prepare para principios del mes próximo el relanzamiento a través de la Anses de un importante paquete de créditos para los sectores más afectados por la recesión y la inflación.
La tasa será alta, pero estará muy por debajo de las opciones que esa parte de la población, que no está bancarizada, tiene al alcance en la actuallidad, que está en torno al 150%.
Los beneficiarios serán jubilados y titulares de pensiones no contributivas, de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y de asignaciones familiares.
Los fondos saldrán del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que concentra los recursos de Anses y, si sigue el modelo vigente, los plazos para pagarlos llegarán a un máximo de 60 meses.
La salida parcial de endeudarse para superar lo peor de la crisis, es la que tiene a la mano el Ejecutivo en buena medida por el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que no quiere que Argentina se caiga en medio de su plan de estabilización.
El anunció tendrá lugar en diez días, el lunes 8 de abril, y hasta entonces el equipo del titular de la Anses, Emilio Basavilbaso, trabajarán con la cartera de Hacienda, a cargo de Nicolás Dujovne, y la jefatura de Gabinete de Marcos Peña, para definir el presupuesto del plan y los montos, informa hoy La Nación.
Una de las claves será la tasa de interés, afectada a su vez por los movimientos del Banco Central para controlar al dólar: la tasa promedio de las Leliq alcanzó ayer, viernes, el 68,15% cuando el 8 de marzo pasado, antes del recalentamiento del dólar, era del 57%.
Dos fuentes oficiales sin contacto entre sí dijeron a La Nación que la tasa de los nuevos créditos será de entre el 48% y el 52%. No es un número ingenuo: está por debajo de otras opciones del mercado, pero al mismo tiempo por encima de la inflación, estimada a esta altura del año en el 32% para 2019.
Además, tiene un alto índice de cobrabilidad dado que los descuentos se hacen sobre los beneficios que reciben los titulares. El tope máximo ahora es de 80.000 pesos y el nuevo programa otorgará hasta el doble.
El jubilado que acceda al crédito máximo debe tener una jubilación por encima de la mínima o una jubilación más una pensión (un tercio de la población de SIPA cobra por sí misma y por su cónyuge).