A horas de que en la medianoche de este 14 de junio terminara el plazo para la inscripción de alianzas y frentes electorales que competirán en las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del próximo 13 de agosto, el oficialismo presentó a Unión por la Patria, la nueva denominación con la que el Frente de Todos (FdT) competirá en las elecciones generales de este año.
Sin embargo, la noticia pasó a ser que el nombre cambió pero las cuestiones de fondo no: el sector del oficialismo que responde a la vicepresidenta Cristina Kirchner fustigó con un comunicado a los dirigentes recostados sobre el presidente Alberto Fernández, en especial al precandidato presidencial Daniel Scioli.
Desde el Partido Justicialista comandado por el diputado nacional Máximo Kirchner cuestionaron que el “albertismo” no quiso aceptar la propuesta kirchnerista para el reparto de puestos en las listas electorales en caso de competir en las PASO del 13 de agosto y “recurrir al Partido Judicial” para definir las reglas internas del peronismo.
A pesar del durísimo tono del comunicado, donde denuncian “abundancia de vanidades”, desde el sector liderado por Máximo Kirchner aclararon que aceptaron la propuesta de Scioli y el Presidente para el reparto de nombres en las listas.
Así, el PJ bonaerense aceptó la propuesta para que las minorías tengan una representación del 30 por ciento en las listas electorales. De todos modos, y sin dar más detalles, el sector liderado por Máximo Kirchner sostuvo que “ambas propuestas garantizaban el ingreso de dos diputados nacionales según los resultados de las últimas cinco elecciones en dicho cargo electivo”.
“Nuestro país está frente a una encrucijada histórica. Tenemos una oportunidad única para poner a la Argentina en una senda de crecimiento económico con inclusión social”, había expresado antes Unión por la Patria en su primera comunicación pública, horas antes de la nueva pelea.
El oficialismo advirtió que “quienes protagonizaron los Gobiernos de (Fernando) De la Rúa y Mauricio Macri pretenden volver hoy con las mismas recetas pero de manera más rápida y contundente, recetas que nos llevaron al 2001 y al retorno del FMI en el 2018, luego de que Néstor Kirchner, en el 2005, pagara la histórica deuda con ese organismo recuperando para la Argentina el timón de su economía”.
El frente oficialista señaló que “los sectores más reaccionarios de la oposición, a través de discursos de odio y violencia, proponen la construcción de un país para pocos que incluye la eliminación de sus adversarios políticos”.
Y planteó que, desde la oposición, “esta vez no ocultan sus intenciones, están a la vista de todos”, en referencia a propuestas como “dolarizar la economía, endeudar a nuestro país y hacer pagar el costo del ajuste no sólo a los que menos tienen -como siempre-, sino también a la clase media”.